El último Eurobarómetro especial sobre resistencias microbianas indicaba en abril de 2016 que un 47 por ciento de los españoles habían tomado un antibiótico en los últimos doce meses, lo que sitúa a España en la segunda posición en mayor uso de antibióticos de Europa, solo superada por Malta (48 por ciento). Esta cifra muestra un repunte en la utilización de antibióticos tras un periodo (2009-2013) en el que se había moderado. Un dato que preocupa, ya que, según numerosos estudios, el incremento de uso de antibióticos tiene una correlación directa con la aparición de resistencias antibióticas.
Es por ello que los expertos cada vez están más alerta acerca de las consecuencias que puede tener en la salud pública el aumento de las resistencias antibióticas. Y es que, según una estimación presentada por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), durante 2018, cerca de 35.400 pacientes fallecerán a causa de enfermedades vinculadas a las resistencias antibióticas.
Estos son algunos de los temas que se han debatido en la jornada “Antibióticos, Economía e Innovación” celebrada en Santander en colaboración con la 'Cátedra MSD-UIMP de Salud, Crecimiento y Sostenibilidad' y coordinada por los doctores Emilio Bouza, catedrático de Microbiología en la Universidad Complutense y Rafael Cantón, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
Diferentes causas para un mismo problema
Durante esta jornada los expertos han ahondado en las diferentes causas que provocan las resistencias antibióticas, que no solo se deben a un consumo elevado. A este respecto, Emilio Bouza, exponía que “uno de los caballos de batalla, a mi juicio, es la reducción del tiempo de tratamiento empírico con mejores y más rápidos intentos de filiación etiológica”.
Asimismo, otra de las cuestiones que se ponía de manifiesto era que no solo se trata de una cuestión de utilización elevada, sino que se opta a menudo por el mismo tipo o familia de antimicrobianos, lo que incrementa la presión antibiótica y por ende las propias resistencias. Como ejemplo, cabe recordar que según el último Informe JIACRA del Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos, en nuestro país, los antibióticos betalactámicos suponen un 64,07 por ciento del total consumido en Primaria y el 61,26 por ciento en el área hospitalaria, con las cefalosporinas de 3º y 4º generación y los carbapenemas con la densidad de consumo más elevada.
A este respecto, Rafael Cantón agregaba que “España ha sido y es uno de los países, junto con alguno de nuestro entorno como Francia, Italia o Grecia, con mayor consumo de antimicrobianos. Este hecho es multifactorial ya que implica una prescripción elevada, en ocasiones de complacencia, un fácil acceso de la población a la dispensación, una alta demanda por parte de los pacientes y una ausencia de campañas continuadas de formación a los ciudadanos por parte de la administración”.
Como posibles soluciones, Bouza exponía que un diagnóstico precoz es clave para poder luchar efectivamente contra estas infecciones, por lo que “disponer de mejores pruebas diagnósticas para los servicios de Microbiología es una inversión que redundará en un menor consumo de antibióticos innecesarios”. Por último Cantón concluía que “las nuevas tecnologías, tanto las aplicadas en el laboratorio de microbiología como las referentes a la comunicación, pueden ayudar a reducir los tiempos de emisión de resultado, favoreciendo un mejor diagnóstico y elección de los tratamientos antimicrobianos”.
Este año habrá cerca de 35.400 fallecidos a causa de las resistencias antibióticas
Expertos se reúnen en Santander para debatir acerca de “Antibióticos, Economía e Innovación”
El Médico Interactivo
7 de septiembre 2018. 2:00 pm