Una de las consecuencias de las temperaturas extremas asociadas al cambio climático, es el estrés térmico por calor. Se trata de un fenómeno que produce en las personas una sensación de malestar. Así, abarca síntomas que van desde náuseas, fatigas y calambres hasta agotamiento extremo y desmayos conocidos como golpes de calor.
A este respecto, María Sánchez, e-Health Manager de Cigna, destaca la importancia de conocer los peligros que puede tener el estrés térmico en la salud. Es por ello que es necesario implantar medidas que ayuden a combatirlo. “Prevenir los peligros asociados al incremento brusco de temperaturas puede reducir el número de casos o episodios de estrés térmico”. Algo clave “especialmente en el caso de personas de edad avanzada o con problemas cardiovasculares y respiratorios, que son más sensibles, y el grupo de población más vulnerable de cara a estos episodios”.
Así, una de las principales medidas para minimizar el riesgo de padecer estrés térmico es aclimatando el lugar de trabajo. Para ello es necesario crear un espacio fresco y con bajos niveles de humedad a través de una buena ventilación o reduciendo la temperatura del interior. Por otra parte, en general el calor afecta negativamente al cerebro y hace que funcione peor. Esto provoca un estado de aletargamiento y cansancio constante debido al sobreesfuerzo de este órgano para autorregular la temperatura corporal. Los expertos recomiendan beber un vaso de agua fresca cada 15-20 minutos, incluso aunque no se tenga sed. Por último, es muy importante tomar alimentos que sean ricos en agua como las verduras y la fruta ya que son nutritivas, sanas y refrescantes.
Estrés térmico: cada vez más afectados en las grandes ciudades
Factores como la contaminación, el asfalto, el tráfico y la falta de árboles potencian el aumento de las temperaturas en los núcleos urbanos creando las llamadas “islas de calor”
El Médico Interactivo
13 de julio 2022. 12:11 pm