EL MEDICO INTERACTIVO, Madrid.- La estrecha relación entre la bronquiolitis infantil por virus respiratorio sincitial (VRS) y el posterior desarrollo de sibilancias o asma ha sido avalada de nuevo por datos de estudios clínicos españoles. Estos datos han sido ofrecidos por distintos especialistas en el…
EL MEDICO INTERACTIVO, Madrid.- La estrecha relación entre la bronquiolitis infantil por virus respiratorio sincitial (VRS) y el posterior desarrollo de sibilancias o asma ha sido avalada de nuevo por datos de estudios clínicos españoles. Estos datos han sido ofrecidos por distintos especialistas en el reciente simposio sobre neumología pediátrica celebrado en Sevilla, bajo la coordinación del Dr. Martín Navarro, jefe de Servicio de Neumología Infantil del Hospital Universitario Virgen Macarena.
El grupo del Dr. Navarro presentó un trabajo sobre niños ingresados por bronquiolitis, el 67 por 100 de los cuales padecieron durante el año siguiente varios episodios de bronquitis disneizante recidivante, es decir, asma. La mayoría de los especialistas comparten la opinión de que la responsabilidad del VRS puede estar compartida con factores de riesgo como prematuridad (que conlleva una vía aérea más pequeña), predisposición genética a asma y exposición al humo del tabaco de la madre.
El Dr. Navarro recuerda que las poblaciones de mayor riesgo son los niños prematuros que nacen en la época epidémica de la bronquiolitis (octubre-marzo), así como los niños con cardiopatías congénitas severas. Al no existir vacunas frente al VRS, estos pequeños deben ser protegidos con el anticuerpo monoclonal palivizumab, además de con medidas higiénicas fundamentales como es el lavado de manos de los cuidadores y familiares o evitar el hacinamiento de niños con bronquiolitis en las unidades neonatales. 'Una vez establecido el episodio agudo de la bronquiolitis, desgraciadamente hay pocas herramientas terapéuticas realmente eficaces', señala el especialista.
Las secuelas posteriores
Los datos españoles vienen a confirmar estudios ya clásicos como el sueco de la Dra. Sigurs, que estableció una relación entre bronquilolitis y sibilancia recurrente tras un seguimiento de 7 años a niños afectados, y el norteamericano del Dr. Stein que tras un seguimiento de 13 años concluyó que con el paso del tiempo se establece una mejoría paulatina.
Sin embargo, en opinión del Dr. Eduardo G. Pérez-Yarza (Hospital Ntra. Sra. De Aranzazu), incluso los niños que se infectaron por VRS pero no llegaron a desarrollar a asma en la etapa infantil, a los 20-22 años van a tener una función respiratoria peor que los que no se infectaron. 'Es más, un estudio epidemiológico realizado en Reino Unido vino a deducir que el grupo de enfermos de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) no ligada a tabaquismo habían sufrido en su infancia enfermedades de las pequeñas vías aéreas inducidas básicamente por VRS.'
Respecto a los recursos terapéuticos disponibles, el Dr. Pérez-Yarza subraya que la bronquiolitis aguda inducida por VRS no responde a tratamiento convencional (corticoides inhalados o sistémicos) ni a medicación broncodilatadora. 'El VRS se comporta como mal 'laboratorio' para conseguir una vacuna directa.'
En la actualidad la profilaxis con anticuerpos monoclonales se administra a determinados grupos de riesgo: prematuros y los que presentan patología asociada importante: cardiopatía congénita, fibrosis quística, malformaciones pulmonares (hipoplasia pulmonar), malformaciones del aparato digestivo superior... En opinión del Dr. Pérez-Yarza, y de acuerdo con un estudio reciente propio, estas indicaciones deberían ampliarse a todos los neonatos que presentan peso menor de 2.500 gramos.
Los clínicos españoles coinciden también en que, como se había previsto, la temporada 2005-2006 del VRS está siendo especialmente virulenta. 'Habrá que esperar al término de la temporada para tabular el número de casos y obtener un cómputo a escala nacional, comenta el Dr. Navarro, pero ya podemos adelantar, a la vista sobre todo de diciembre y enero, que ha habido un alto índice de niños con bronquiolitis, así como un aumento de casos que requieren ingreso hospitalario y recuso a la ventilación mecánica, especialmente en prematuros.