Un estudio internacional, dado a conocer en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC), ha revelado que, de más de 15.000 pacientes con fibrilación auricular procedentes de 47 países de todo el mundo estudiados, el 11,7 por ciento fallecieron en el plazo de un año y, en este sentido, ha alertado de que el manejo de esta enfermedad por países es muy diferente y podría mejorarse si se aplicasen las estrategias ya disponibles.
Registros como el RE-LY AF muestran claras diferencias en el manejo y en la evolución de los pacientes con fibrilación auricular en las diferentes regiones del mundo, lo que apunta a que existe la posibilidad de poner en práctica los conocimientos para mejorar el tratamiento y la evolución de los pacientes con fibrilación auricular. La introducción de nuevos anticoagulantes orales puede ser particularmente beneficiosa en China y en el sureste de Asia, donde no suelen utilizar warfarina y cuando lo hacen, tienden a usar como referencia valores de INR más bajos, ha señalado el doctor Jeff Healey de la McMaster University en Hamiltón, Canadá.
En concreto, los resultados del registro global RE-LY AF, presentados en la reunión que ha tenido lugar en Múnich (Alemania) señalan que si se hiciera uso de las herramientas y opciones terapéuticas para diagnosticar, evaluar riesgos y tratar a los pacientes con el objetivo de reducir el riesgo de ictus derivado de su enfermedad se mejoraría también su abordaje.
En general, tras un año de seguimiento, la tasa de mortalidad de los pacientes estudiados de Europa occidental era menor que en Norteamérica (8,3 por ciento frente a 11,4 por ciento) mientras que, en África y Latinoamérica, es prácticamente el doble (20 y 18,1 por ciento, respectivamente).
A pesar de la existencia de tratamiento anticoagulante, como los antagonistas de la vitamina K, más del cuatro por ciento de los pacientes con fibrilación auricular sufren un ictus en el plazo de un año. En las cohortes regionales analizadas en China, el sureste de Asia, y África, el número de pacientes con esta patología que sufrieron un ictus, fue significativamente mayor que en Norteamérica (3,1 por ciento).
Los resultados de este amplio registro confirman una vez más la necesidad médica de utilizar opciones terapéuticas alternativas a los anticoagulantes tradicionales, para la prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular no valvular.
