Pediatras y expertos en nutrición advierten que una ingesta de proteínas superior a la recomendada en los tres primeros años de vida se correlaciona con sobrepeso en el futuro.
El estudio Alsalma 2.0 es el primer y único estudio en España que se centra exclusivamente en analizar los hábitos nutricionales de los niños de esta franja de edad y ha sido presentado en Madrid por dos de sus autores, los Drs. Jaime Dalmau, de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe de Valencia, y Vicente Varea, de la Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
'Este grupo de edad no había sido evaluado previamente en la población española, por lo que esta investigación es pionera en nuestro país, y se ha realizado con una muestra representativa de todo el territorio nacional y unos objetivos mas ambiciosos', ha señalado Margarita Morais, directora de la Unidad de Negocio Médico de Danone Nutricia.
Según ha explicado el Dr. Varea, el estudio responde a la necesidad de saber la importancia de la alimentación en los primeros años de vida, 'pero también ha servido para hacer una radioagrafia de la realidad y ver si las percepciones de profesionales y padres se ajustan a ella'.
Según las conclusiones del Alsalma 2.0, el consumo desproporcionado de proteínas en la infancia podría correlacionarse con sobrepeso.
Así, en el estudio se ha visto que un aumento del 1% en la proporción de proteínas en el perfil calórico del niño supuso un aumento del 0,029 kg/m2 del IMC. Otro dato aún más relevante, según ha señalado el Dr. Varea, es que un aumento del 1 por ciento en la proporción de lípidos en el perfil calórico del niño supone una reducción de 0,028 kg/m2 del IMC
Este estudio indica pues que, en efecto, el sobrepeso se inicia en edades muy tempranas y viene a confirmar los resultados un estudio piloto previo, el Alsalma 1.0, donde ya se pusieron de manifiesto una serie excesos y déficits en la realidad nutricional de los españoles a esta edad tan temprana.
'Los obsesos no se hacen a los 5 o a los 8 años, los estamos empezando a hacer desde edades muy tempranas y esto es un factor importante a tener en cuenta. Estamos hiperalimentando a los niños y no necesariamente bien', ha añadido Varea.
Por su parte el Dr. Dalmau señala que esto de debe, en parte, a que los padres piensan que los niños deben comer lo mismo que los adultos pero en menor cantidad.
'Esto no es así, el organismo no crece de manera uniforme en los primeros meses y años de vida, con lo que debe adaptarse la alimentación a cada periodo porque lo que se come a edades tan tempranas tiene repercusiones a corto y largo plazo', matiza.
En este sentido, el Dr. Dalmau explica que 'los niños tienen unas necesidades de macro y micronutrientes concretas. Una alimentación infantil óptima puede ayudar a prevenir enfermedades que se manifiestan en épocas más tardías'.
Asimismo, y por otra parte, se considera que si bien tanto histórica como culturamente algunos hábitos han quedado obsoletos, también es necesario revisar la formación en nutrición de los pediatras con el fin de poder actualizar conocimientos en base a las evidencias nutricionales que en los últimos años han arrojado diversas investigaciones.
Para que el estudio Alsalma 2.0 fuera representativo de la población infantil española de 0 a 3 años se realizó un cálculo para obtener una muestra significativa de población infantil con 4 grupos de edad analizados (0-6 meses, 6-12 meses, 12-24 meses y 24 a 36 meses), ya que las necesidades nutricionales son diferentes en cada uno de ellos. También se realizó un cálculo estimado de pediatras y niños por comunidad autónoma, de forma que se podrá conocer también la realidad nutricional por cada región.
De los datos analizados se extrae también que el 70 por ciento de los niños tiene un buen seguimiento de la dieta mediterránea.
'Pese a ello, los porcentaje de comida rápida son elevados para estas edades tan temprana y más de un 90 por ciento se alimenta una o más veces a la semana con este tipo de comidas', ha apuntado el Dr. Varea.
Pensar en que la carne es la solución perfecta para suministrar las proteínas necesarias o que la leche de vaca es buena a cualquier edad son otros de los errores comunes en la alimentación infantil.
'No estamos haciendo una alimentación equilibrada si pensamos que ofrecerle carne, carne y carne al niño va a hacer de él un deportista de élite', ha matizado el Dr.Varea.
El estudio también ha constatado un déficit de vitamina D en la dieta de los más pequeños, por lo que 'mantener la suplementación con vitamina D más allá del año es fundamental', ha señalado el Dr. Dalmau.
Las conclusiones de este estudio son especialmente llamativas, dado que las últimas investigaciones llevadas a cabo en todo el mundo demuestran que la nutrición en los mil primeros días del niño 'desde su concepción hasta los dos años de edad- tiene un fuerte impacto en el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad en años/décadas posteriores.
'A partir de los resultados obtenidos en el estudio Alsalma 2.0 pondremos en marcha distintas acciones con las que aspiramos a contribuir a mejorar la nutrición de las primeras etapas de la vida, dado que está científicamente probado que los mil primeros días de la vida de un niño es un periodo crítico durante el cual se establecen las bases de la programación metabólica que influirán no solo en la salud del bebé sino en su vida adulta', ha concluido Margarita Morais.