El coste de las enfermedades mentales en Europa es de 797.700 millones de euros. Sin embargo, 'existe discrepancia entre la prevalencia y discapacidad de estas patologías y la inversión que se hace. Existe la falsa creencia de que invertir en ellas es menos rentable', incide Celso Arango, director científico del Centro de Investigación en Salud Mental (CIBERSAM), durante el II Encuentro entre Investigadores en Salud Mental, Pacientes y Familiares, organizado por CIBERSAM, la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), la Confederación Salud Mental España y Mundo Bipolar, y patrocinado por Lundbeck.
En el encuentro, cuyo objetivo es difundir la necesidad de unión entre los profesionales en enfermedad mental, familiares y pacientes, los expertos reunidos han destacado la importancia de incluir la colaboración del paciente en la investigación, como ya recoge el nuevo decreto de ensayos clínicos. 'No se entiende hoy la investigación sin la colaboración activa del paciente. En Psiquiatría, tenemos que buscar la simbiosis con pacientes y familiares. Ese es el gran reto', señala Julio Zarco, director general de Coordinación de la Atención al Ciudadano, durante la inauguración del evento,
Además, Zarco considera que el modelo de financiación tiene que ser más flexible e incluir a Atención Primaria en la investigación. 'El verdadero laboratorio lo tienen en AP'. Por último, ha expuesto que la Comunidad de Madrid está trabajando en el diagnóstico precoz de procesos psicóticos, mediante una Unidad de Atención Temprana, con sólo 31 pacientes, pero es la tercera del mundo, y también trabajan mediante el proyecto AMITEA en la atención del trastorno del espectro autista.
Proyecto ROAMER
El proyecto europeo ROAMER, para la investigación en salud mental, destaca seis recomendaciones en el abordaje de estas patologías, según ha explicado Arango. La prevención de los trastornos mentales y la atención a las personas jóvenes, 'porque muchos trastornos mentales se desarrollan en una etapa temprana de la vida', buscar los mecanismos causales, la creación de colaboraciones internacionales y redes de investigación, la implementación de intervenciones novedosas, la reducción del estigma y la investigación en sistemas sanitarios, señala.
En los trastornos mentales, la genética juega un papel importante, pero también los factores ambientales, explica Luis Gutiérrez Rojas, de CIBERSAM. 'Los eventos estresantes multiplican la probabilidad de padecer una depresión'.
Cannabis y enfermedad mental
Por su parte, Ana González-Pinto Arrillaga, de CIBERSAM, expone la relación entre el cannabis y la patología mental. 'La percepción social del cannabis es que es menos dañino que el tabaco y que se trata de una droga blanda', apunta. La realidad, explica, es que esta sustancia aumenta el riesgo del desarrollo de enfermedad mental como un trastorno bipolar o psicosis, disminuye el bienestar y rendimiento actual y empeora la evolución cuando la enfermedad ha aparecido.
'La mayor demanda de atención en centros de drogodependencias es por el canabbis. Además, los consumidores tienen menos adherencia a la medicación y una peor evolución', apostilla.