El Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid ha sido el lugar elegido para una jornada científica y divulgativa, organizada por Laboratorio Kurasana sobre las patologías asociadas al trastorno del espectro autista (TEA). Uno de los aspectos más novedosos y atractivos abordados en este encuentro…
El Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid ha sido el lugar elegido para una jornada científica y divulgativa, organizada por Laboratorio Kurasana sobre las patologías asociadas al trastorno del espectro autista (TEA). Uno de los aspectos más novedosos y atractivos abordados en este encuentro es la implicación de la microbiota intestinal en el autismo.
Actualmente, se ha comprobado que la microbiota intestinal de los niños con TEA es distinta, cobrando un especial protagonismo el fenómeno de disbiosis intestinal, es decir, una alteración del equilibrio de la microbiota que se caracteriza por la pérdida de masa bacteriana beneficiosa. Asimismo, se cuenta con evidencias contundentes sobre la existencia de un eje intestino-cerebro, así como sobre la implicación de la microbiota en el estado de ánimo. Como ejemplo, se ha demostrado que los pacientes con depresión presentan un perfil de microbiota distinto que las personas con estado de ánimo normal. Los últimos estudios sugieren, incluso, que la microbiota influye directamente en el estado de ánimo.
“En los niños con TEA predomina más el género bacteroidetes que en la población normal, y también se observa en otros estudios una mayor presencia de bacterias tipo clostridium”. Todo este desequilibrio, “favorece la presencia de síntomas digestivos en estos pacientes, así como de alteraciones del comportamiento y lenguaje”, según Silvia Gómez Senent, médico adjunto de Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
De esta forma la experta apostaba cuidar el estilo de vida y la alimentación de estos niños, que son claves para evitar y combatir la disbiosis intestinal. “Podemos hacer un cambio de la microbiota de los niños con TEA a través de la alimentación, el consumo de probióticos, el ejercicio y la gestión del estrés”, asegura Gómez Senent, quien señala que “la cepa lactobacillus plantarum PS 128 ha demostrado beneficio en estos pacientes”.
Trastornos del sueño
En este abordaje 360 grados del TEA, la experta también señalaba que más de un 80 por ciento de los niños con trastorno del espectro autista manifiestan trastornos del sueño. A este respecto, aunque actualmente no hay estudios que demuestren que los trastornos del sueño en el TEA se deban a la existencia de una disbiosis intestinal, su vinculación con el metabolismo de la serotonina podría sugerir una cierta relación.
Sobre esta cuestión, Víctor Soto Insuga, neuropediatra especializado en trastornos del sueño del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús (Madrid), afirmaba que “las alteraciones del sueño están infradiagnosticadas en niños con TEA”, insistiendo en que no solo tienen un carácter conductual, sino también biológico en algunos casos.
No siempre las medidas higiénico-dietéticas son suficientes para combatir los problemas de sueño en los niños con TEA. En algunos de estos casos se advierte una alteración en la vía metabólica de la melatonina, lo que plantea la necesidad de que el profesional sanitario especializado paute un tratamiento con melatonina y/o triptófano.