El día a día del médico en Atención Primaria va cambiando con el paso del tiempo. El envejecimiento de la población hace que en un mismo individuo aparezcan simultáneamente diferentes patologías y circunstancias que requieren un tratamiento global del paciente con respecto a su dolor. El tratamiento del dolor depende del perfil de cada paciente y es necesario conocer la evolución de la dolencia, sus circunstancias sociales y laborales, entre otras.
La variedad de tratamientos analgésicos de los que se dispone actualmente permite seleccionar la analgesia más idónea para cada paciente, atendiendo no solo al tipo e intensidad de dolor, sino que permite atender parámetros como la cálida de vida, efectos sobre el sueño, incluso valorar aspectos anímicos.
Desde la consulta de Atención Primaria, deberíamos marcarnos un objetivo ante un tratamiento para el Dolor Crónico No Oncológico (DCNO), ajustado a cada paciente, donde las variables a tener en cuenta, más allá de la vía de administración y la potencia del analgésico, nos hagan pensar en las consecuencias del tratamiento; no solo en lo referente a efectos secundarios clásicos en analgésicos opioides, que van mejorando con la aparición de nuevas moléculas, sino también a las ventajas que puedan aportar un opioide sobre otro.
En este contexto, en el abordaje terapéutico de un perfil de pacientes determinado, ajustados por edad, patología, evolución del dolor o tipo de dolor, debemos tener en cuenta la adecuación del tratamiento a este perfil de paciente.
El objetivo terapéutico no solo debe ser mejorar el dolor, sino que debe incluir la optimización del tratamiento opioide para que el equilibrio, a veces inestable, entre analgesia, efectos secundarios y todo efecto sobre la calidad de vida sean lo mejor posible.
Una mala elección del opioide, un inicio con dosis no adecuada y una titulación de dosis no ajustada pueden llevar a la discontinuación del tratamiento. Frecuentemente, se observan abandonos de tratamientos que podrían haber aportado un beneficio al paciente.
El tiempo en la consulta será lo que nos permitirá identificar al paciente con DCNO antes de pensar en su tratamiento. Se debe valorar el componente emocional del dolor a la vez que evaluamos la eficacia analgésica del tratamiento.
En conclusión, para optimizar el tratamiento del DCNO deberíamos:
- Dedicar más tiempo a la identificación del tipo e intensidad del dolor.
- Explicar al paciente los pormenores del tratamiento y su eficacia.
- Escoger la vía de administración del opioide.
- Seleccionar el opioide más adecuado para el paciente.
- Evaluar el componente emocional del dolor.
- Pautar revisiones del tratamiento para poder ajustar dosis.
- Prever la aparición de efectos secundarios al tratamiento opioide y prevenirlos.