'Todos queremos que siga habiendo un SNS capaz de hacer frente a sus facturas, para ellos todos tenemos que trabajar', esta era la idea de Javier Fernández Lasquetty, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, defendía durante la clausura del II Encuentro SEDISA-Pfizer, que se celebraba bajo el lema 'Modelos de acceso y optimización en la gestión de terapias biológicas'. De esta manera elogiaba el trabajo de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), ya que 'los directivos sanitarios, en tiempos difíciles, están trabajando mucho y bien, tratando de conciliar lo difícilmente conciliable'. También agradecía el esfuerzo de la Industria Farmacéutica, la cual representaba Juan José Francisco Polledo, director de relaciones institucionales de Pfizer, que insistía en la 'necesidad de una colaboración entre pagadores y suministradores', ya que 'es un problema complejo, que ha de abordarse desde todos los puntos de vista'.
La idea de este encuentro pasaba, una vez más, por compartir y aprender nuevas técnicas de gestión que permitirían, tanto al SNS como a la Industria, hacer sostenible los gastos en prestaciones como las terapias biológicas, que suponen un alto coste, pero sobre todo un alto beneficio para el paciente. Para ello es necesario aplicar conceptos como el de rigor 'que es el que todo científico y gestor nunca debe desatender', según Lasquetty.
Para profundizar en esta idea, Daisy Escobar, profesora del Instituto Empresa, explicaba las claves de los conceptos 'Lean thinking & Six Sigma', que no es sino una estrategia empresarial basada en buscar el valor para darle más con menos al cliente, en este caso al paciente, eliminando todo aquello que suponga un desperdicio para la organización, como los tiempos de espera, las pruebas innecesarias, duplicar la recopilación de datos, etc., estrategias que están empezando a cobrar mucha importancia en el entorno sanitario.
'Modelo Princesa'
Un ejemplo de cómo estas teorías están viendo su reflejo en la gestión sanitaria es el llamado 'Modelo Princesa', que ha intentado innovar con la creación de una Unidad de Terapias Biológicas. Antes de dar ese paso, se realizó un estudio empírico basado en la experiencia del Hospital Universitario de la Princesa y el Hospital Universitario Gregorio Marañón durante cuatro años, sobre el uso de los anti-TNF. Las conclusiones de este estudio, presentadas por Alberto Morell, jefe de servicio de Farmacia de La Princesa, se centraban en que los datos de eficacia son consistentes con los EC, siendo superiores al 60 por ciento con los tres anti-TNF, pero de éstos, el ETN sería el tratamiento más coste efectivo, con un gasto de alrededor de 14.000 euros por paciente, en comparación a los 16.000 del IFX y a los casi 18.000 del ADA.
El siguiente paso era el de la creación de la Unidad de Terapias Biológicas de La Princesa, gracias a la colaboración de la Industria Farmacéutica. Los objetivos de la misma, expuestos por José María Álvaro Gracia, coordinador de la misma, pasan por actualizar los protocolos, analizar el patrón de uso de los biológicos, conocer el coste real de cada fármaco, optimizar su uso desde la perspectiva de coste-efectividad, definir los indicadores y el compartir experiencias. Así, una de las principales ideas que apuntaba el experto era la de que 'los protocolos deben ser muy cuidadosos a la hora de establecer cuáles son las indicaciones, y definir cuáles son los objetivos terapéuticos, pero no deben ser rígidos a la hora de recomendar o establecer un tratamiento preferencial o incluso una secuencia de uso de estos productos biológicos'. Por último Gracia recordaba también que 'uno de los puntos clave es que los prescriptores sean conscientes del coste real de estos diferentes fármacos en nuestro servicio'.