'No se está poniendo el énfasis suficiente en el control de las lipoproteínas de baja intensidad (C-LDL) como forma más efectiva de rebajar los eventos cardiovasculares (CV) en pacientes que tienen alto o muy alto riesgo de sufrirlos”, según remarcaron los expertos en el 91º Congreso de la Sociedad Europea de Arteriosclerosis (
EAS).
En el encuentro científico, celebrado en la ciudad alemana de Mannheim del 21 al 24 de mayo, donde han participado cerca de 2.000 especialistas en dislipemias,
Daiichi Sankyo presentó
los nuevos datos del estudio SANTORINI, un análisis multinacional, prospectivo y observacional sobre más de 9.600 pacientes.
SANTORINI es el primer estudio, desde que se establecieron recomendaciones de objetivos de C-LDL más bajos en las guías de lípidos de la ESC/EAS de 2019, que investiga cómo ha evolucionado el manejo de los lípidos en la práctica clínica.
La
conclusión más importante ha sido remarcar que debe incrementarse el control en la reducción del C-LDL utilizando
terapias combinadas para la reducción de esta lipoproteína en la práctica sanitaria diaria.
Un trabajo realizado en más de 800 centros de 14 países de toda Europa que se llevó a cabo entre marzo de 2020 y febrero de 2021, con un seguimiento hasta el 31 de mayo de 2022.
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El doctor Luis Masana del Hospital Universitario Sant Joan, de Barcelona.[/caption]
Riesgo
El objetivo primario era documentar, durante un periodo de un año y en el contexto del mundo real europeo, la eficacia de los enfoques actuales de gestión del C-LDL en pacientes de alto y muy alto riesgo cardiovascular que requieren tratamientos hipolipemiantes.
El trabajo incluyó tanto a pacientes previamente diagnosticados y tratados como a los recién diagnosticados y que requerían terapia.
Teniendo en cuenta que
en Europa cada día fallecen más de 10.000 personas por alguna patología cardiovascular, el estudio
SANTORINI deja patente que la mortalidad directa y las comorbilidades asociadas, aparte de los propios fallecidos, crea una gran carga asistencial y elevados costos en tratamientos farmacológicos, así como derivadas laborales y sociales que requieren de un gran esfuerzo para ser reducidos.
En el marco del Congreso, Daiichi Sankyo organizó un encuentro con los medios de comunicación en el que participaron reconocidos especialistas en dislipemias como el profesor Luis Masana, director de la Unidad de Medicina Vascular y Metabolismo del Hospital Sant Joan de Reus, en Barcelona.
También intervinieron el profesor Alberico Catapano, profesor de farmacología de Universidad de Milán; Stephen Nicholls, profesor de la Universidad Monash de Australia y Oliver McCrohan, jefe de Asuntos Médicos en países europeos de tamaño medio en Daiichi Sankyo Europa.
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El profesor Alberico Catapano, de la Universidad de Milán.[/caption]
En plena coincidencia con el resto de los especialistas,
el profesor Masana subrayó que en la práctica clínica es evidente que para enfrentarse a las patologías cardiovasculares, la prevención con la dieta adecuada y el ejercicio son una base imprescindible. Junto a esta prevención, las patologías asociadas como HTA, diabetes y obesidad son también parte fundamental.
Y, en todas ellas, el estudio presentado por Daiichi-Sankyo destaca que se da menos importancia de lo que debiera otorgarse a los niveles de colesterol malo o c-LDL.
Clínica
Al hilo de esta mayor importancia que debe darse en la práctica clínica al C-LDL, el estudio aboga por que se inicien tratamientos combinados contra este nivel de colesterol pernicioso.
En este punto, el estudio SANTORINI detecta que en muchos casos no se está recurriendo a toda la batería de tratamientos que debiera utilizarse:
así el 18 % de los pacientes con alto o muy alto riesgo de CV no reciben tratamientos combinados y un 54 % reciben tratamientos para rebajar el c-LDL, pero como monoterapia, siendo tan solo un 27 % los que reciben terapias combinados contra las lipoproteínas nocivas.
De hecho, en el estudio se recoge específicamente “que uno de los factores de riesgo cardiovascular más importante como es la hipercolesterolemia tiene a un 80 % de los pacientes detectados fuera de los tratamientos combinados contra el C-LDL”, tal y como remarcó Alberico Catapano.
C-LDL
En el Congreso, junto al estudio SANTORINI también se dieron a conocer, como adelantó EL MÉDICO INTERACTIVO, los últimos resultados del
ensayo CLEAR Outcomes Trial realizado con el ácido bempedoico (comercializado como NILEMDO) sobre más de 4.000 pacientes,
que ha mostrado efectos muy beneficiosos de reducción del riesgo de evento cardiovasculares (CV), de entre un 13 y 15%, en pacientes con alto, o muy alto riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (EVA) con niveles elevados de C-LDL.
Los nuevos datos establecen claramente que el
ácido bempedoico es el primer inhibidor de ACL que reduce tanto el C-LDL como el riesgo de eventos mayores y marca un paso fundamental para abordar la carga de ECV en Europa.
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El profesor Nicholls de la Universidad Monash, Australia.[/caption]
Con esta información en la mano se entiende mejor que expertos como el presidente de la EAS, Kausik Ray, animen a los sanitarios: “Es fundamental que los médicos utilicen todas las herramientas disponibles para reducir el C-LDL, lo que rebajará significativamente el riesgo de infarto de miocardio e ictus isquémicos”.
Médicos
Para este experto, los datos presentados en SANTORINI son una herramienta que dota a los médicos de opciones terapéuticas para frenar el impacto de las CV en toda Europa y demuestran el papel esencial de los tratamientos combinados en la consecución de los objetivos de C-LDL que plantean las guías sanitarias europeas.
“En este camino,
SANTORINI demuestra que la combinación de combinaciones de fármacos en el tratamiento de la dislipemia hace que los pacientes de alto y muy alto riesgo consigan sus objetivos de colesterol LDL según las guías' sobre la reducción en eventos cardiovasculares producido por el ácido bempedoico, una rebaja que aún es mayor cuando se combina con estatinas u otros tratamientos”, como señaló el profesor Stephen Nicholls.
Los expertos recomendaron incidir en tres áreas, en primer lugar, dar mayor importancia a la presencia de hipercolesterolemia como fuente de riesgo cardiovascular; en segundo lugar, controlar más drásticamente los niveles de C-LDL en pacientes de alto o muy alto riesgo cardiovascular y para evitar eventos derivados de la elevación de los niveles de lipoproteínas de baja intensidad.
La idea es que todos estos factores combinados pueden ayudar en una proporción significativa de pacientes a que remita su alto riesgo de aterosclerosis y de riesgos cardiovasculares derivados.