En la apertura de la jornada '
Investigación y uso del dato sanitario' desarrollada en el marco del foro IDIálogoS, se han abordado los retos que afectan directamente a la investigación e innovación en el uso secundario del dato sanitario.
Tal y como ha expuesto Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS “el uso de
datos sanitarios primarios y secundarios emerge como una herramienta valiosa para reducir redundancias, optimizar procesos, generar innovación, mejorar la gestión de los propios sistemas sanitarios y asignar recursos de manera más inteligente”.
Así, en este foro se exponía como la
digitalización de la salud ofrece nuevas oportunidades para la mejora de la prevención y la asistencia sanitaria. La práctica clínica genera de forma diaria una ingente cantidad de información para conocer la incidencia, prevalencia y evolución de las enfermedades. En este marco, el
futuro Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS) ayudará a dar un salto cualitativo en cuanto a cómo se prestan los servicios de atención sanitaria en toda Europa.
“Los datos sanitarios deberían ser considerados un bien muy preciado, ya que la gestión y el tratamiento de los mismos va a suponer una fuente de conocimiento ilimitado para poder avanzar en el diagnóstico, el tratamiento de muchísimas enfermedades de los pacientes y, por ende, en la supervivencia de muchas vidas”, añadía Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS.
Uso secundario del dato sanitario
Durante el encuentro se ha destacado que el uso secundario del dato sanitario es un concepto controvertido. No obstante, incluye muchas aristas como son la salud, el bienestar y la genética. Asimismo, estamos ante un momento crucial en el que nos estamos jugando, no solo mucha innovación sino, posiblemente, mucha salud.
Por ese motivo, durante la sesión los expertos han señalado que cuando el paciente cede sus datos para un fin concreto y tales datos cobran interés para su uso secundario se debe valorar de forma global. Igualmente, hay que tener el
deber ético y legal de compartir nuestros datos sanitarios porque ayuda a evitar enfermedades; siempre, con garantías de un uso adecuado de los mismos.
En este contexto, se concluía que es necesario que la
Unión Europea culmine la regulación en los próximos meses y que se refuercen los mecanismos para garantizar la calidad y utilidad de los datos sanitarios, pues es clave para generar confianza en el sistema por parte de los pacientes, titulares y usuarios de los datos, lo que será la clave del éxito del EEDS.