'Es necesario asegurar acceso fácil y sostenible a los nuevos tratamientos garantizando la eficacia del sistema sanitario”, sostuvo la doctora Ana Margarita Redondo Izal, del Hospital Universitario de Navarra en el simposio en torno a las innovaciones terapéuticas y la accesibilidad a las mismas en el marco del LXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH),
#Hemato2023.
Redondo Izal y Graciela León, del Banco Municipal de Sangre de Caracas (Venezuela), moderaron la sesión en la que se plantearon los problemas que afectan a todas las secciones de la especialidad, tratando de resolver cuestiones que preocupan a los profesionales de Hematología a diario.
En la mesa del Congreso, que aglutina a más de 2.300 especialistas en Sevilla hasta mañana sábado, los expertos sostuvieron la necesidad de una metodología nueva para la incorporación de nuevos tratamientos guiada por criterios de valor y evaluación de resultados.
Se puso de manifiesto la importancia de un trabajo de calidad y acreditado, tratando siempre de advertir aspectos deficitarios y realizando una mejora continua.
Y es que, según se resaltó en este foro, para poder trabajar con calidad e
s necesario valorar la necesidad de formar bien a los residentes y, dada la amplitud de conocimientos en la especialidad, facilitar su formación y fomentar la formación transversal con áreas de capacitación específica (ACE), proyecto aún no bien conocido por los profesionales y pendiente de implantar.
GPC vs IPT
El simposio trató uno de los temas que se encuentra muy presente en el día a día del trabajo clínico. “El avance en los tratamientos de Hematología son continuos y de forma muy rápida”, subrayaron.
Porque se han incorporado terapias muy innovadoras como la celular, y no da tiempo, en ocasiones, ni a actualizar las Guías de Práctica Clínica (GPC) y los Informes de Posicionamiento Terapéutico (
IPT) llevan un retraso considerable
”, sostuvo la doctora Redondo.
En su opinión, todo ello se traduce en que “el profesional no puede utilizar, en algunos casos, el tratamiento que considera más adecuado para sus pacientes
”. Por eso, “es prioritario conseguir que la innovación llegue a nuestros pacientes lo antes posible”.
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Los simposios del Congreso son muy concurridos.[/caption]
Paciente
Las GPC recomiendan los tratamientos con un grado de evidencia claro, asegurando que son los tratamientos más adecuados para un tipo de paciente; por su parte, los IPT no están actualizados y en su realización, a veces, no se tiene en cuenta de forma significativa a los especialistas.
IPT tienen en cuenta no sólo la eficacia o valor que aportan los tratamientos sino factores como el coste directo de la nueva medicación.
Por ello, la doctora Redondo indica:
“hace falta una metodología de valoración más eficiente para poder llegar antes a un precio-reembolso de los fármacos. Y, a la hora de valorar la necesaria sostenibilidad del sistema, se deberían valorar costes directos e indirectos y los resultados obtenidos”.
La evidencia en ensayos clínicos y vida real demuestra que se mejoran los resultados con la utilización de las GPC y, en algunos casos, son resultados similares pero con menos efectos adversos o mejor calidad de vida.
“La incorporación temprana de la innovación nos permitirá avanzar hacía una medicina más individualizada y personalizada”, asegura la co-coordinadora del simposio.
Coste
La doctora Redondo se refirió igualmente a la acreditación de los Servicios de Hematología. “Para poder mejorar, corregir errores y poder realizar una mejora continua es necesario evaluar el trabajo realizado y seguir unas normas adecuadas de funcionamiento; saber el modo en que trabajamos es fundamental”.
En este sentido, la responsable del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de Navarra incide al señalar que “acreditar exige mucho trabajo y dedicación, sobre todo al principio del proceso, pero luego gratifica saber que estás haciendo las cosas bien, en sintonía con otros hospitales que realizan las mismas actividades'.
Para la doctora Redondo,
es difícil encontrar profesionales a los que les guste y estén dispuestos a dedicar su tiempo a acreditar su actividad diaria, por el esfuerzo sobreañadido que conlleva”.
Inicialmente, como indica la experta, acreditar las diferentes áreas de trabajo es una inversión importante. Sin embargo, se considera que es una inversión a largo plazo, ya que “permite trabajar con calidad, ver posibles errores y plantear puntos de mejora, con una mejora continua que unifica los resultados en los diferentes centros”, asegura la especialista.
Formación
En esta sesión del Congreso de Sevilla, se trató una ponencia en que se explicó la importancia de las áreas de capacitación específica en hematología, una especialidad donde se están dando grandes avances de diagnóstico y tratamiento en los últimos años.
En este sentido, la experta considera que “esto hace que 4 años de formación se considere un tiempo escaso para adquirir una buena formación en todos los campos de la especialidad”.
La hematóloga recuerda que “
se planteó la posibilidad de ampliar la formación a 5 años, como en otras especialidades, pero de momento no lo hemos conseguido”. Como novedad, se está planteando una formación transversal con la creación de las ACE, que está pendiente de implementarse.
Áreas
Las áreas de capacitación permiten una formación transversal reglada de una o varias especialidades, con competencias propias y exclusivas en un área: infecciosas, hepatología, neonatología, paliativos… 'Sería una titulación reconocida a nivel nacional, con presupuesto de la Administración y otorgada por el Ministerio de Sanidad',
informa la doctora Redondo.
El simposio concluyó con la presentación de la comunicación ‘Más allá de los premios Innova-H: atención domiciliaria en pacientes oncohematológicos no candidatos a quimioterapia intensiva desde el tratamiento activo hasta el final de la vida. experiencia pionera de una unidad de hematopaliativos rural’, con Bolívar Luis Díaz Jordán como primer firmante.
El trabajo, según Redondo,
“evidencia que debemos gestionar mejor los recursos y en cada centro se debe buscar el circuito más adecuado para evitar ingresos de pacientes en hospitales terciarios con la ayuda de geriatría, domiciliaria-paliativos; además, esto mejora de forma sustancial la calidad de vida de nuestros pacientes y familiares en el final de la vida”.