El estudio de la salud ósea de los astronautas en el Espacio está siendo clave en la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades relacionadas con los huesos como la osteoporosis y las fracturas por fragilidad
12 de noviembre 2018. 2:00 pm
Podríamos pensar que las circunstancias de los astronautas poco tienen que ver con las nuestras, sin embargo, el estudio de lo que sucede en su cuerpo, puede darnos algunas respuestas respecto a alguna patologías, como es el caso de la osteoporosis. Concretamente, la ‘gravedad 0’…
Podríamos pensar que las circunstancias de los astronautas poco tienen que ver con las nuestras, sin embargo, el estudio de lo que sucede en su cuerpo, puede darnos algunas respuestas respecto a alguna patologías, como es el caso de la
osteoporosis. Concretamente, la ‘gravedad 0’ que se vive en el espacio es un buen ejemplo de lo que ocurre en el tejido óseo de una persona sedentaria que no realiza ningún ejercicio físico. De hecho, se ha observado que los astronautas en estas condiciones tienen una pérdida de la Densidad Mineral Ósea (DMO) de hasta 10 veces superior a la pérdida esperable en función de su estado de salud y su edad. Unos datos alarmantes si los extrapolamos a la población sedentaria terrestre.
Así se ha dado a conocer en el contexto del simposio ‘A universe of new understanding’, patrocinado por UCB y Amgen, en el que ha participado Smith Johnston, oficial médico y cirujano de vuelo de la NASA celebrado esta tarde en el marco del
XXIII Congreso de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM).
Aplicación a la vida en la Tierra
Según el experto “estar flotando el 92 por ciento del tiempo, dado que solo el 8 por ciento del tiempo se practica un ejercicio intenso y se experimentan fuerzas gravitacionales”. Esto supone, asegura, un “desgaste óseo y muscular importante, un envejecimiento acelerado de los huesos, que pierden su función de ‘sujetar’ al resto del cuerpo”. La causa de que los astronautas tengan esas pérdidas de tejido óseo en el espacio se centra en la falta de formación ósea y los efectos que la microgravedad provoca en la propia remodelación de los huesos. “A pesar de que estos efectos se tratan de mitigar con ejercicio intenso, y medidas nutricionales y farmacológicas -recalca el doctor Johnston-, los huesos de los astronautas tardan en recuperarse de estos efectos entre 6 meses y tres años”.
Con estas perspectivas y los resultados de los estudios presentados por el doctor Johnston, durante el simposio se ha abordado la necesidad de tratar la osteoporosis subyacente tras una fractura con el fin de reducir el riesgo de otras adicionales, así como los elevados costes económicos y sociales asociados a las fracturas por fragilidad. Se calcula que estos problemas óseos, además del coste en calidad de vida que suponen para el paciente, conllevan un coste sanitario de 4.200 millones de euros anuales en nuestro país.
En 2017, en España, se produjeron, 330.000 fracturas (más de 8,9 millones de fracturas en todo el mundo), lo que significa una fractura cada tres segundos, de las que solo el 40 por ciento de los pacientes consiguen recuperar la calidad de vida que tenía antes de la fractura.