Con información y seguimiento, esta intervención mejora la salud psíquica y social y la calidad de vida de los pacientes transgénero
13 de abril 2021. 1:25 pm
La cirugía de afirmación de género no suele tener complicaciones graves. Si se cumplen unas premisas numerosos estudios han demostrado que esta cirugía mejora la salud en general, tanto a nivel psíquico como social. Esto supone mejorar como la calidad de vida de los pacientes…
La cirugía de afirmación de género no suele tener complicaciones graves. Si se cumplen unas premisas numerosos estudios han demostrado que
esta cirugía mejora la salud en general, tanto a nivel psíquico como social. Esto supone mejorar como la calidad de vida de los
pacientes transgénero. Todo ello siempre y cuando el paciente tenga expectativas reales, conozca los beneficios y riesgos y se comprometa a hacer un cumplimiento terapéutico y un seguimiento médico correcto. Así lo aseguran desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
En concreto, Iván Mañero especialista en cirugía de afirmación de género, explica que
esta subespecialidad de la cirugía plástica está experimentando un auge. Pero sobre todo un impulso muy importante para su avance científico- médico y su mejor accesibilidad a un mayor porcentaje de población.
La cirugía de afirmación de género debe ser
abordada por un equipo de enfoque multidisciplinar de género. “Es fundamental para asegurar el éxito de una relación médico- paciente empática, profesional y positiva que consiga unos resultados médico-quirúrgicos satisfactorios y eficientes a largo plazo”.
Casos de cirugía de afirmación de género
“Existen personas transgénero que aceptan sus genitales y viven de manera plena sin tener que pasar por ningún tipo de cirugía genital”, explica Mañero. Otras, en cambio, “acuden a un cirujano plástico para someterse a una cirugía afirmación de género porque
sienten la necesidad de adecuar su genitalidad”. Entre estos últimos se incluyen diferentes pacientes. Por una parte, pacientes jóvenes que “a pesar de haber tenido una plena aceptación familiar y haber pasado en su mayoría por un tratamiento endocrino, necesitan realizar este tipo de cirugía para paliar el nivel de sufrimiento que les provoca tener una genitalidad diferente a la esperada”. También personas de mediana edad que “ahora encuentran una sociedad en la que la transexualidad se vive con mayor naturalidad y deciden dar el paso”.
En cuanto a la proporción de géneros, Mañero indica que
en la infancia y adolescencia es más frecuente ver personas transgénero de mujer a hombre, mientras que en la edad adulta la relación se invierte. Entre un 0,5 y un 1,3 por ciento de la población se identifica como transgénero. Esta prevalencia es mayor entre los adolescentes (entre un 1,2 y un 4,1 por ciento). Se espera que la mayor visibilización y aceptación haga que estos porcentajes aumenten.