La vejiga hiperactiva aumenta el aislamiento del paciente, limita la práctica deportiva, reduce la actividad sexual, aumenta la ansiedad y provoca un elevado índice de absentismo laboral, entre otros inconvenientes. Actualmente, el estudio EPICC de la
Asociación Española de Urología (AEU) sitúa la prevalencia de la vejiga hiperactiva en el 6 por ciento de las mujeres entre 25 y 64 años, y en el 5,5 por ciento en hombres entre 50 y 64 años. La incidencia aumenta con la edad, y entre los mayores de 65 años la prevalencia llega casi al 40 por ciento de las mujeres y el 35 por ciento de hombres.
Así, durante la jornada ‘Propiverina: Una nueva alternativa farmacológica en vejiga hiperactiva’, moderada por Manuel Esteban, presidente de la AEU, y organizada por Lacer en la sede de la Organización Médica Colegial, se ha abordado la eficacia de este tratamiento sintomático en la incontinencia urinaria y/o incremento de la frecuencia y urgencia urinarias en pacientes con síndrome de vejiga hiperactiva.
De esta forma, en esta jornada, en la que han intervenido vía online profesionales sanitarios de más de 20 hospitales españoles, se ha concluido que este fármaco disminuye el número de micciones, de episodios de incontinencia y de episodios de emergencia en 24 horas.
Según los expertos, propiverina presenta un doble mecanismo de acción: por un lado, es un antimuscarínico, y, por otro, es un modulador de los canales de Ca
2+ tipo L. La propiverina presenta una farmacocinética lineal y una semivida de 15 horas que permite la toma de una dosis al día. Además, es un fármaco bien tolerado con respecto a otros anticolinérgicos.
Sobre la propiverina
El doble mecanismo de acción de la propiverina ha sido destacado por Juan Tamargo, catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid . “La propiverina pertenece a la familia de los antimuscarínicos, pero es el único fármaco de esta familia que tiene una acción al menos dual: no solo bloquea los receptores muscarínicos, que es lo que hacen todos los
anticolinérgicos, sino que, además, impide la entrada de calcio en las células del músculo detrusor. Ese calcio es indispensable para que el músculo detrusor se contraiga y provoque la expulsión de la orina”, ha explicado el experto.
Por último, Jesús Salinas, jefe de la Unidad de Urodinámica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y director de la misma unidad del Hospital Rúber Internacional, ha insistido en que “hay evidencia científica de que la propiverina tiene menos riesgo de abandonos y una mejor adherencia al tratamiento comparativamente con otros antimuscarínicos”.