El Hospital Universitario Rey Juan Carlos ha celebrado su IV Jornada de Oncogeriatría
25 de octubre 2019. 1:13 pm
Los expertos en Oncogeriatría han insistido en la importancia de introducir en la práctica clínica la prehabilitación. Esto lo han puesto de manifiesto durante la IV Jornada de Oncogeriatría en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos. “Teniendo en cuenta el impacto que los tratamientos del…
Los expertos en Oncogeriatría han insistido en la importancia de introducir en la práctica clínica la prehabilitación. Esto lo han puesto de manifiesto durante la IV Jornada de Oncogeriatría en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos. “Teniendo en cuenta el impacto que los tratamientos del cáncer suponen en los pacientes, en especial en los adultos mayores, tiene todo el sentido prepararse para ello”, señala el Dr. Javier Martínez Peromingo, especialista en Geriatría del centro, lanzando una pregunta cuya respuesta despeja todo tipo de dudas:“¿Usted correría una maratón sin prepararse antes?”.
Durante la jornada, se trató cómo ha de ser una consulta de Oncogeriatría. “Los oncólogos, geriatras, internistas, hematólogos, oncólogos radioterápicos, fisioterapeutas, endocrinos y nutricionistas somos ese equipo que ayuda, prepara y acompaña al paciente hasta llegar a la meta”, apunta el Dr. Martínez Peromingo.
El abordaje integrado de la Oncogeriatría en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos contempla que los pacientes en riesgo sean derivados a la consulta de Oncogeriatría, donde se les realiza una valoración geriátrica integral (VGI), sistema que, además de clasificar a los pacientes según su fragilidad, “permite detectar e intervenir sobre déficits potencialmente reversibles, como la malnutrición, el deterioro funcional o la polifarmacia, así como hacer intervención cognitivo-afectiva, si fuera necesario, o intervención social”, especificó la Dra. Ana Isabel Hormigo, geriatra de la Fundación Jiménez Díaz, durante su intervención en la jornada.
Tras esta valoración, los pacientes son clasificados en cuatro grupos: tipo I o robusto, tipo II o prefrágil, tipo 3 o frágil y tipo 4 o de mal pronóstico. “Los datos obtenidos se integran con el resto de información clínica y ayudan a tomar decisiones en los Comités de Tumores cuando se discute entre todo el equipo cuál es la mejor estrategia de tratamiento para cada paciente”, indica por su parte el Dr. Raúl Córdoba, especialista en Hematología del mismo hospital madrileño y vicepresidente del Grupo Español de Hematogeriatría (GEHEG) de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
“La edad no debería ser un criterio de exclusión para que un paciente mayor reciba un tratamiento oncoespecífico. El envejecimiento es un proceso muy heterogéneo y la edad funcional/biológica en muchos casos es diferente de la edad cronológica, lo que supone que no todos los pacientes puedan ser abordados de la misma forma”, apunta la Dr. Hormigo.