Destacados expertos en Salud Mental de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAV) y la Comunidad Foral de Navarra han participado recientemente en Bilbao en el Foro Salud Mental de
EL MÉDICO, organizado con el apoyo de
Angelini Pharma, en el marco de la reciente publicación del libro “
Presente y Futuro de la Salud Mental en España”.
En el encuentro abordaron la importancia del trabajo conjunto y transversal de todos los actores para la mejora de la salud mental.
“La atención a la salud mental debe ir más allá del control de síntomas psiquiátricos;
tiene que incidir en la prevención de las secuelas relacionadas con el estigma y la atención integral de la persona con un trastorno mental en todas las dimensiones de su bienestar físico psíquico y social”, subrayó José Antonio de la Rica, psiquiatra y director de Atención Sociosanitaria de Euskadi.
Conscientes de la salud mental como inversión ―por ejemplo, cada dólar estadounidense invertido en la ampliación del tratamiento de enfermedades mentales comunes genera un retorno de cuatro dólares en mejor salud y capacidad para trabajar―, los expertos abogaron por más recursos, pero también por la inversión en eficiencia.
En adolescentes
La importancia de lo mental en el ámbito de la salud siempre ha estado ahí, aunque un poco en la esquina de la atención sanitaria global; pero la situación de estrés social generalizado que estamos viviendo a remolque de la pandemia COVID-19, está elevando a primera plana unos problemas neurológicos, emocionales y de comportamiento hasta una extensión e intensidad antes de ella inusitados.
Y dentro de esta pujanza de patologías mentales, depresión y ansiedad en especial,
a destacar su preocupante incremento entre los adolescentes, con manifestaciones como baja autoestima, mal rendimiento escolar o incluso más intentos de suicidio.
“Es preciso dar prioridad al trabajo con los adolescentes para insertarlos en la sociedad, para lo que debemos aunar nuestras perspectivas y esfuerzos de cara a su mejor salud global y mental”, incide la doctora Ana González Pinto, catedrática de
Psiquiatría en la Universidad del País Vasco y jefa del Servicio de Psiquiatría de la OSI de Araba.
Inversiones limitadas
Responder desde la Sanidad pública con más medios técnicos y humanos es el reto para atender a más pacientes y con mayor equidad. No puede ser que la Sanidad privada sea la vía de escape para quienes pueden pagársela y dejar al albur una atención tan retardada que no lo sea para una mayoría que la necesita.
Todos los expertos parten de la realidad de unas inversiones no infinitas, por lo que resulta de gran importancia gestionar de manera eficiente los recursos, especialmente humanos, evaluando estrategias de atención y prioridades asistenciales. “
Hay que evaluar las estrategias en salud metal; necesitamos psicoterapias para la equidad, no podemos atender a tres pacientes varias veces al mes y dejar a otros muchos que lo necesiten, sin posibilidad de hacerlo, por falta de recursos”, sostuvo la doctora González Pinto.
Indicadores de calidad
En el coloquio, los expertos también hicieron hincapié en adecuación permanente de los indicadores de calidad que se están utilizando para medir los resultados en salud mental, impacto de la enfermería, intervenciones y los resultados que se están obteniendo, así como a qué colectivos hay que dirigirse con mayor profundidad por ser los más afectados, como es el caso de jóvenes y adolescentes. “
Sin olvidar al colectivo de los presos, en el que tenemos un campo inmenso de acción, con el objetivo de su reinserción social”, sentenció Alejandro Ballesteros Prados, director médico de la
Red de Salud Mental de Araba.
En este sentido, Álvaro Iruin, director gerente de la Red de Salud Mental de Gipuzkoa, se mostró crítico, a la vez que esperanzado, porque “la atención a la salud mental sigue viva y progresando, aunque tenemos que pensar cómo mejorarla”.
“Como estamos todos contaminados por la situación de la COVID,
también hay que aclararle a la ciudadanía la situación sobre la salud mental. Por ejemplo, no tenemos que inventarnos nombres para que queden mejor los resultados finales, sino hablares lisa y llanamente sobre salud mental, sin eufemismos estériles”, subrayó Iruin.
Confusiones
“Con la pandemia se ha hablado mucho de salud mental, pero a veces se confunde el malestar emocional con las enfermedades y a la ciudadanía hay que decirles las cosas de forma directa, por sus nombres. Hemos pasado de hablar de psiquiatría y enfermedad psiquiátrica a salud mental y enfermedad mental y, últimamente a términos como salud emocional.
No debemos confundir a la población sobre lo que es una enfermedad mental para evitar la excesiva psiquiatrización o psicologización de la vida cotidiana
”, añade Iruin.
En esta misma línea, Carlos José Pereira Rodríguez, director gerente de la Red de Salud Mental Bizkaia, también
apostó por aunar estrategias, tanto sanitarias, económicas, como sociales para lograr garantizar una mejor salud mental entre la ciudadanía. Y puso en valor el buen trabajo realizado en Euskadi, “pero sin caer en ningún caso en la autocomplacencia”. Esta idea del paso siguiente que hay que dar para avanzar a una atención más integradora fue una constante en la intervención de todos los expertos en la reunión.
Reflexiones
Ballesteros incidió y compartió con sus compañeros , y privados, así como la violencia contra las mujeres; “tenemos que
incidir con mayor precisión en los colectivos vulnerables: mujeres, adolescentes, ancianos…”, coinciden en señalar Iñaki Arrizabalaga Etxegoena, gerente de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud-
Osasunbidea, y Pereira Rodríguez.
Por último, Arrizabalaga Etxegoena puso en valor la importancia de tener una estrategia como guía para el establecimiento de objetivos operativos y líneas de acción. Describió las líneas estratégicas básicas del Plan de Salud Mental, expresando áreas de mejora en relación a aspectos relacionados con la intervención con población vulnerable.