Existe voluntad política para avanzar en la asistencia sanitaria a crónicos a través de las TIC, cierto, pero la misma no siempre va respaldada por financiación para la misma -somos el país que menos invierte porcentualmente en TIC en el sector salud dentro de la Unión Europea- ni tampoco se traduce en una voluntad por integrar todos los diferentes sistemas de las comunidades autónomas, y es que a veces más que un problema tecnológico es un problema político.
Estas eran algunas de las conclusiones del debate sobre la atención a los crónicos dentro de Infors@lud 2014, pero entre los temas destacados, sin duda, llamaba la atención la crítica que se hacía sobre el avance de la telemonitorización de los pacientes. Así, Miguel Ángel Montero, director de Sanidad y Servicios Sociales de Informática en El Corte Inglés, comentaba que la mayoría de los esfuerzos en la implantación de tecnologías de información para la atención a crónicos se han centrado demasiado en esta monitorización olvidando algunos otros aspectos, además de que 'no hay que olvidar el elemento humano, quien atiende realmente a ese paciente, puesto que sin el profesional nada tendría sentido'. De hecho, diversos especialistas insistían en que por muy bueno que sea el producto, no tendrá cabida sin la implicación de los profesionales en el mismo.
Por otra parte, Ana Miquel, gerente de Atención Primaria en el SERMAS, explicaba que este tipo de dispositivos 'hay que usarlos cuando estén realmente indicados', refiriéndose a la necesidad de planificar y seleccionar mejor a los pacientes que pueden beneficiarse más de esta monitorización, para alcanzar mejores resultados. Para poder avanzar en estas nuevas tecnologías 'hay que sustentar los cambios sobre las cosas que ya tenemos, construir sobre los recursos válidos que ya tenemos', insistía igualmente. En este mismo sentido, Mario Margolles, director general de Planificación de la Consejería de Sanidad de Asturias, pedía 'evaluar todo lo que hacemos, hay que medir los impactos en salud y en los costes, solo con la evaluación de los resultados podemos justificar el implantar y el mantener este tipo de tecnologías'.
Cambio en el modelo organizativo
Si bien este es un mal momento para nuevas inversiones, ya que como bromeaba Luis Carretero, gerente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, 'la caja de los grandes proyectos está vacía y con telarañas', Ana Miquel recordaba que 'si estamos hablando de estas herramientas es precisamente porque tenemos que ser más eficientes'. Miquel insistía en que 'hay que hacer lo que hay que hacer, en el lugar que hay que hacerlo, y por el profesional que tiene que hacerlo'. En definitiva, el planteamiento se basaba en la necesidad de un cambio de modelo en la organización, ya que 'si no hay un verdadero cambio, no estamos haciendo nada'.
Sobre algunas medidas para este cambio, Luis Carretero mencionaba que la historia clínica llegue a todos los lugares, mejorar la comunicación con los pacientes mediante la telemedicina para evitar que acaben innecesariamente en urgencias, estratificar a los pacientes y conocer las necesidades de cada uno, integrar mejor los niveles asistenciales, flexibilizar los modelos de contratación, y todo ello 'sin perder la óptica del paciente'.
Por último, Montero, como representante del sector empresarial, concluía que 'la industria está ávida de que todo esto vaya adelante, pero necesita que se flexibilice el modelo'.