Al año mueren 120.000 personas por causas relacionadas con el consumo de alcohol en Europa, y se estima que es la causa del 15 al 20 por ciento de los suicidios. De hecho, en la población de 15 a 65 años, se calcula que el alcohol es el causante de 1 de cada 7 muertes prematuras en hombres y una de cada 13 en mujeres, según datos ofrecidos por Antoni Gual, jefe de la Unidad de Alcohología en el Hospital Clínic de Barcelona, en un seminario ofrecido a los medios de comunicación organizado por Lundbeck. Distinguiendo por sexos, se considera como consumo de riesgo de 40 a 60 gramos al día en hombres y de 20 a 40 gramos en mujeres. El consumo medio a nivel mundial se sitúa en 6,2 gramos en Europa asciende a 10,9 y en España llega a los 11,2. Así, teniendo en cuenta el coste por accidentes, enfermedades hepáticas, absentismo laboral, etc., se calcula que en España se los costes asociados al alcohol ascienden a 7,5 millones de euros al día.
Sin embargo, según últimos estudios se estima que de los pacientes que acuden a Atención Primaria en España, de un 8 a un 9 por ciento tiene problemas de adicción al alcohol, y sin embargo, de los mismos, sólo un 10 por ciento llega a recibir tratamiento. Igualmente, la adicción al alcohol sigue siendo una enfermedad huérfana en lo que a tratamientos farmacológicos se refiere, y que aún tiene muchas connotaciones morales en su abordaje. Todo ello supone que muchas veces el tratamiento de las adicciones se centre más en el tipo de sustancia que en las características propias del individuo, tales como su predisposición para ser adicto. Y es que, para llegar a ese punto de neuroadaptación cerebral, debido a un consumo crónico por encima de las dosis toleradas, hay que tener en cuenta que no todo el mundo es igual de vulnerable al consumo de alcohol.
Un camino hacia nuevos tratamientos
La nueva línea a seguir en el abordaje de la adicción al alcohol es el tratamiento centrado en la persona, generalmente centrado en una asistencia psicosocial motivacional, que muchas veces tiene un apoyo farmacológico, aunque en este aspecto queda mucho por avanzar. Adelantaba Antonio Terán, coordinador del Centro de Adicciones Juan de Dios de Palencia que se está trabajando en 'nuevas dianas basadas en el estudio de neurotransmisores como el glutamato, opiáceos, 5-HT, o cannabinoides', que abrirán la vía a nuevas esperanzas en el tratamiento de esta enfermedad crónica. Igualmente, en Europa, aumenta la tendencia hacia el reduccionismo de la dosis en vez de optar por la abstemia como solución única, opción para la que se están obteniendo buenos resultados con los fármacos relacionados con el anticraving y el antipriming.
Otra cuestión fundamental es tener en cuenta que el 80 por ciento de los pacientes adictos al alcohol tienen otro problema de salud mental. Así, Néstor Szerman, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual, explicaba que 'las patologías más prevalentes son los trastornos de ansiedad, afectivos y los de personalidad, pero también se presentan trastornos por déficit de atención e hiperactividad, psicosis y trastorno bipolar'. Por ello el experto quería dar mayor relevancia a la patología dual, señalando además la importancia de 'crear una única red de salud mental que incluya las adicciones', para la cual 'es necesaria que los profesionales estén formados y no tengan criterios morales en los tratamientos'.
Jóvenes y bebedores pasivos
Uno de los conceptos más llamativos al respecto de las adicciones al alcohol son los llamados 'bebedores pasivos', de forma similar al consumo de tabaco. Se refiere a aquellas personas que sufren violencia a causa de las adicciones de sus parejas o familiares, o por ejemplo, a las malformaciones fetales, poblaciones a las que habría que proteger más socialmente, y por las que se debería trabajar más en el tratamiento de las adicciones.
Igualmente otra población especialmente vulnerable son los jóvenes, y es que si bien el consumo de alcohol desde 1997 no ha variado en exceso, sí se observa, analizándolo por rangos de edad, que hay un consumo más abusivo en los jóvenes, con una toxicidad mayor asociada, que ha conllevado más casos de jóvenes adictos al alcohol en un periodo más corto de tiempo. En este sentido los expertos abogan por reforzar la legislación para una mayor prevención, que se centre tanto en controlar el acceso, como en hacer más rígida las leyes relacionadas con la publicidad de estos productos.