Bajo el lema, 'Not just a moment', la campaña pretende sensibilizar a la población acerca de la disfunción sexual masculina más común y menos diagnosticada: la eyaculación precoz (EP).
En España, según datos de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA), el 43 por ciento de los hombres ha sufrido este problema en alguna ocasión en su vida.
Sin embargo, el 85 por ciento de ellos no acude al médico para tratar de resolver este problema que, en muchos casos, tiene consecuencias negativas para la autoestima del hombre y la vida sexual de la pareja.
El objetivo de la campaña es ayudar a los afectados (un 25 por ciento son hombres jóvenes) a reconocer la trascendencia de la eyaculación precoz, superar los tabúes sociales y la vergüenza personal, y sobre todo fomentar el diálogo con su pareja y con un médico para afrontar el problema y recuperar la satisfacción en la vida sexual.
Según los expertos el problema radica precisamente en la percepción que el hombre tiene de este problema. Algunos lo ignoran por miedo o verguenza al qué dirán y ni tan siquiera lo hablan con su pareja.
'Otros tratan de solucionarlo por sí mismos, explica el profesor Porst, presidente de la ESSM, porque si no saben que la eyaculación precoz es en realidad una afección médica, es muy poco probable que busquen ayuda profesional'.
El Dr. Moncada señala que el impacto negativo sobre la calidad de las relaciones sexuales es enorme y que la vida en pareja es 'dramática' y que no se trata sólo de un problema de tiempo (eyacular en menos de 60 segundos desde el inicio del coito) sino de control.
Así lo corrobora el embajador de la campaña, el canadiense Jacques Villeneuve, quien ha asegura que en el sexo, al igual que en las carreras, 'el control, a menudo, es más importante que la velocidad'.
Un diagnóstico correcto ayudaría a esclarecer las causas del problema y su posible solución mediante un tratamiento adecuado.
Algo que cobra especial relevancia porque según explican los expertos hay que diferenciar entre dos tipos de EP: la que aparece desde el principio de la vida sexual, y la que se desencadena por otras causas.
En cualquiera de los casos, la ayuda profesional es clave tanto como que la pareja se implique en la resolución del problema.
Entre las consecuencias de la EP están la insatisfacción sexual, la reducción del placer durante el sexo, la sensación de culpabilidad, la frustración e incluso la ira y el resentimiento.
'A largo plazo, y sin ser tratada, amenaza el futuro de una relación y da lugar a separaciones y divorcios', advierte Porst.
Por eso, la comunicación con la pareja es otro de los puntos cruciales, porque es en muchas ocasiones la mujer quien anima al hombre a acudir al médico.
Según la Dra, Alexandra Graziottin, en un 20 o un 30 por ciento de las parejas, el hombre es responsable de la falta de satisfacción sexual de la mujer. 'Una mujer insatisfecha se vuelve agresiva y se enfada con facilidad, lo cual va minando la relación'.