La técnica de elección es la ecografía, pero el uso de RM y de TC abdominal es seguro siguiendo un protocolo de exploración adecuado
Es potencialmente mucho más grave retrasar un diagnóstico, que el teórico daño que pueda provocar la exploración radiológica en una mujer embarazada. Así lo afirma Mikel Grau, especialista pediátrico de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y ponente del 37 congreso nacional de la…
Es potencialmente mucho más grave retrasar un diagnóstico, que el teórico daño que pueda provocar la exploración radiológica en una mujer embarazada. Así lo afirma Mikel Grau, especialista pediátrico de la Sociedad Española de Radiología Médica (
SERAM) y ponente del
37 congreso nacional de la SERAM, que se celebró del 22 al 25 de mayo en Barcelona, con la ponencia “Patología urgente en la embarazada”.
Se utiliza la ecografía como primera herramienta diagnóstica en patología abdominal. Pese a ello,
la tomografía computarizada (TC) se utiliza en casos seleccionados, conociendo las indicaciones y contraindicaciones de la radiación. Además, cada vez
con mayor frecuencia, se recurre a la resonancia magnética (RM). No obstantes, estas son seguras siguiendo un protocolo de exploración adecuado.
La patología urgente del embarazo puede dividirse en patología propia del embarazo y patologías de cualquier tipo que ocurre durante el embarazo Pero indistintamente de cuál sea, como regla general, debe evitarse el retraso en el diagnóstico de complicaciones del embarazo que resultan mucho más peligrosas para la madre o el feto que la radiación o el contraste utilizado.
Exploración radiológica en embarazadas
Desde SERAM destacan que en la exploración radiológica en embarazadas está perfectamente estudiado los pasos a dar para garantizar la seguridad de la madre y el feto. Los
centros deben contar con un protocolo establecido para practicar estas exploraciones con total garantía. En exploraciones de tórax, cráneo o extremidades no hay problema en utilizar TAC, dado que el feto queda fuera del campo de radiación y tan sólo recibe radiación dispersa sin capacidad de producir daños significativos. Siempre es fundamental el consentimiento informado de la paciente.
Cabe recordar que durante el primer trimestre del embarazo la patología más prevalente que ve el radiólogo/a es el sangrado. Por otra parte, durante el segundo y el tercer trimestre es la patología asociada a la hipertensión del embarazo y a la hipercoagulabilidad. Asimismo, en el post parto se vuelen a encontrar sangrados y procesos de infección. Finalmente, no hay que perder de vista que hay enfermedades que inciden en paciente embarazada sin tener origen obstétrico. Es el caso de la apendicitis, colecistitis y patología urinaria fundamentalmente