Durante 2022, en México se reportaron 12 mil 671 casos confirmados de dengue, en comparación con los seis mil 746 registrados el año anterior, según la
Secretaría de Salud.
El incremento anual de 88 por ciento reportado supone que la enfermedad continúa siendo
un problema de salud en México.
La infección por el virus del dengue es transmitida mediante mosquitos hembra Aedes aegypti o Aedes albopictus a través de picaduras en la piel, donde muchas células dérmicas y epidérmicas son potencialmente susceptibles a la infección.
Este virus que tiene cuatro serotipos, (DENV-2 el más común asociado con casos graves), provoca un amplio espectro de formas clínicas, las cuales van desde una enfermedad asintomática hasta síntomas graves capaces de conducir incluso a la muerte, cuando no se trata debidamente.
El objetivo del estudio
Ante este panorama, investigadores del Departamento de Biomedicina Molecular del
Cinvestav, estudian la relación parásito-huésped y las distintas células de la piel.
Con el fin de comprender la inmunidad innata hacia el virus DEN y su contribución en el control o la promoción de la enfermedad.
Leticia Cedillo Barrón, investigadora de ese Departamento del Cinvestav, explicó que la piel representa un portal de entrada de diversos patógenos, ya que el virus ingresa al huésped a través de la picadura del mosquito infectado, es introducido en la dermis y ahí existe una gran variedad de estirpes celulares que expresan los receptores necesarios para ser blanco del virus DEN.
Cedillo afirmó que la mayoría de las células en el sitio de la picadura establecen un microambiente antiviral para controlar la replicación del virus, hecho que llamó la atención del grupo de investigación para estudiar el tema.
Interacción entre fibroblastos dérmicos y células dendríticas
El grupo de investigadores encabezados por Cedillo Barrón documentó a las células dendríticas (vínculo principal entre la respuesta inmunitaria innata y la adaptativa), así como a los queratinocitos (productores de queratina) y fibroblastos (elabora y segrega colágeno).
Todos ellos, parte de la piel, como permisivas a la infección por el virus dengue.
Los investigadores trataron de entender la interacción que hay entre los fibroblastos dérmicos y las células dendríticas durante la infección por el virus del dengue. Lo anterior para comprender cómo se modifica el microambiente de la piel a través de diferentes mediadores de la inmunidad innata y su función durante la infección temprana por dengue.
Es así que encontraron que las células dendríticas promueven un estado antiviral sobre los fibroblastos, al aumentar la producción de interferón tipo I (molécula con función antiviral).
Esto sugiere que la activación de la respuesta inmunitaria adaptativa está influenciada por la intercomunicación de las células residentes de la piel y la intensidad de las respuestas inmunitarias innatas establecidas en el microambiente de la piel infectada.
Evolución de la infección por el virus
La investigación buscó demostrar mediante el estudio de cultivos primarios obtenidos de biopsias de la piel, provenientes de individuos sanos, cuál es la contribución de estas células que están en la dermis, durante la infección por el virus.
De esa manera, el grupo de investigación identificó que cada huésped se comporta de manera diferente ante el virus.
Por lo que sugieren que formas graves del dengue podrían ser influenciadas desde etapas muy tempranas y que no todas están asociadas con infecciones secundarias por serotipos heterólogos, es decir hay otros factores que participan en el microambiente.
“El virus del dengue se encuentra de manera permanente en todas las áreas tropicales y subtropicales de México y de muchas partes del mundo”, concluyó Cedillo Barrón.