Es importante abordar de forma integral los aspectos psicosexuales y los puramente orgánicos de la DE, con el fin de establecer las mejores opciones terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas1. Proyecto FACSIMIL Estudiar aquellos factores que se relacionan con la calidad de vida del paciente…
Es importante abordar de forma integral los aspectos psicosexuales y los puramente orgánicos de la DE, con el fin de establecer las mejores opciones terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas1.
Proyecto FACSIMIL
Estudiar aquellos factores que se relacionan con la calidad de vida del paciente con DE según la opinión de los clínicos que le tratan, así como estudiar cómo se podría mejorar la calidad de vida del paciente con DE y analizar las barreras que impiden lograr el correcto manejo de estos pacientes, han sido los objetivos de FACSIMIL, un proyecto de investigación en sistemas de salud, descriptivo, transversal, multicéntrico y no aleatorizado en el que se ha contado con la colaboración de 356 urólogos de todo el territorio nacional. La coordinación científica ha estado a cargo del Dr. Borja García Gómez del Servicio de Urología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. A partir de las respuestas de todos los participantes, se pueden extraer conclusiones relevantes sobre la atención al paciente con DE en la práctica clínica habitual. Casi la totalidad de los encuestados trabajaban en el ámbito público (91 %), si bien un porcentaje significativo de ellos también ejercía en un hospital o consulta privados. La mayor proporción de hombres observada (71 %) refleja aún la prevalencia del sexo masculino en la Urología en general, aunque esta situación está cambiando rápidamente en los últimos años. El 93 % de los participantes indicaron pertenecer a alguna sociedad científica, siendo todos ellos afiliados a la Asociación Española de Urología (AEU). El 41 % afirmaron dedicarse a la Andrología, porcentaje levemente inferior a aquellos que se dedicaban a la Oncología Urológica (47 %), lo que muestra que en muchos casos se compatibilizan ambas subespecialidades, bien por necesidades asistenciales (no en todos los centros hay un número suficiente de pacientes como para dedicar a un profesional exclusivamente a la Andrología), o bien por intereses profesionales. Sin embargo, llama la atención que, pese al elevado porcentaje de encuestados dedicados a la Andrología, la pertenencia a sociedades científicas de esa rama no llega al 10 %, siendo la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA) la más frecuente. Probablemente, este porcentaje es más representativo de la verdadera proporción de los investigadores que realmente se dedican a la Andrología de forma más intensa o en exclusiva. Cerca del 53 % de los participantes dijo atender cada día entre 51 y 100 usuarios, y un 51 % manifestó que entre 10 y 20 de ellos consultaban sobre DE. En relación con los factores etiológicos de la DE mencionados en el cuestionario, el 88 % de los encuestados afirmaban que más del 60 % de los pacientes sometidos a una prostatectomía radical presentaban algún grado de DE, bien previa al procedimiento o de novo (figura 1), cifra que concuerda con las de estudios prospectivos recientes2. Este porcentaje se reducía hasta el 43 % en el caso de pacientes sometidos a radioterapia para el tratamiento del cáncer de próstata, una proporción similar a la referida para pacientes con insuficiencia renal crónica. En relación con los factores relacionados con el diagnóstico y tratamiento, la mayoría de los encuestados referían algún grado de dificultad por parte de sus pacientes para abordar sus problemas de DE (figura 2). El tratamiento, la adherencia y la satisfacción del paciente son aspectos cruciales. Según la mayoría de los facultativos, el hecho de cambiar el fármaco o la posología de este para intentar mejorar la respuesta, siguiendo las recomendaciones de las guías3, generaba una cierta frustración en el paciente, siendo la sensación de falta de una solución real el factor que más afectación psicológica comporta (figura 3). A pesar de ello, según el 74 % de los encuestados, la reacción más frecuente del paciente ante un tratamiento no eficaz es la insistencia en buscar otras soluciones farmacológicas. El impacto en la calidad de vida producido por la DE se puede expresar en forma de alteraciones psicológicas, siendo las más comunes la ansiedad y el estado de ánimo depresivo, especialmente entre los pacientes jóvenes. Además, un 82 % de los encuestados consideraba que la DE afectaba en algún grado a los cuidados básicos personales del paciente, un 67 % opinaba que provocaba un mayor grado de irritabilidad, y un 39 % que provocaba problemas del sueño y del tiempo de descanso. En este sentido, una revisión reciente4 recoge que la prevalencia de la DE entre varones jóvenes puede ser de hasta el 30 %, y que la correcta evaluación psicológica en este grupo de edad constituye un pilar fundamental de cara a asegurar el éxito del tratamiento. Por otro lado, en cuanto al impacto en la vida social y de pareja, cabe destacar que el 57 % de los encuestados opinaba que la afectación en la relación de pareja dependía de la edad del paciente y un 13 % estimaba que dependía del tiempo de la relación. Más de un 40 % consideraba que la DE interfería con la vida social únicamente en los pacientes más jóvenes y la mayoría (74 %) que provocaba algún grado de dificultad en las actividades habituales con la familia y amigos. En cambio, el impacto en la vida laboral es escaso, según la mayoría de los encuestados, lo que resulta llamativo si se compara con los datos recogidos previamente para la ansiedad y el estado de ánimo depresivo, dado que parece evidente que estas dos condiciones sí pueden interferir en la capacidad laboral de las personas. Probablemente, ese bajo porcentaje se deba a varios factores, entre los que se encuentra el hecho que una mayor proporción de pacientes afectados estén en situación de jubilación o en el desconocimiento real por parte del médico de la situación laboral del paciente. Entre las principales barreras para el correcto manejo de la DE, los encuestados destacan el miedo del propio paciente a añadir más fármacos a su tratamiento, especialmente si ya están polimedicados, seguida de cerca del poco tiempo en consulta para cada paciente (figura 4).Conclusiones
- La DE continúa siendo hoy en día una disfunción sexual común sobre la cual es difícil hablar para las personas que la sufren.
- La DE afecta de forma significativa la calidad de vida de los pacientes y es causa de ansiedad y estados depresivos.
- El fracaso del tratamiento y el aumento de la dosis, o el cambio de fármaco para intentar mejorar la respuesta, generan frustración en el paciente.
- La falta de tiempo en consulta y el miedo a tomar más fármacos en los pacientes polimedicados son percibidos como las principales barreras para lograr un correcto manejo de la disfunción eréctil.
Bibliografía
- Puigvert Martínez A, Pomerol Montseny J, Martín Morales A. Documento de consenso sobre disfunción eréctil Madrid: Grupo 2 Comunicación Médica, S.L.; 2013.
- Emanu JC, Avildsen IK, Nelson CJ. Erectile dysfunction after radical prostatectomy: prevalence, medical treatments, and psychosocial interventions. Curr Opin Support Palliat Care. 2016;10(1):102-7.
- EAU Guidelines on Sexual and Reproductive Health. Disponible en: https://uroweb.org/guidelines/sexual-and-reproductivehealth/chapter/management-of-erectile-dysfunction
- Nguyen HMT, Gabrielson AT, Hellstrom WJG. Erectile Dysfunction in Young Men-A Review of the Prevalence and Risk Factors. Sex Med Rev. 2017;5(4):508-20.