El incumplimiento terapéutico en el paciente hipertenso es un fenómeno complejo y son muchas las variables que influyen. En líneas generales, no existe un perfil de paciente incumplidor, pero está muy relacionado con diferentes elementos, entre los que destaca el mal control, el convivir en una familia no nuclear, el vivir solo o la falta de apoyo social. Mujer, mayor de 75 años, nivel educativo bajo, sin deterioro cognitivo, con independencia para llevar una vida activa y con gran consumo de fármacos puede ser el paciente estándar con mayor incumplimiento terapéutico.
De hecho, hay una circunstancia frecuente en las consultas de atención primaria programadas de pacientes con enfermedades crónicas, en las consultas de enfermería e incluso en las consultas especializadas, que está también relacionada con el incumplimiento: la falta de asistencia a las citas programadas. Hay un grupo de preguntas que pueden ayudar a saber si el paciente es o no cumplidor. no pueden ser preguntas muy directas sino más bien del tipo: ¿se olvida alguna vez de tomar la medicación?, ¿a qué hora suele tomar la medicación?, ¿la toma siempre a la misma hora'? Si la medicación le dura más de la cuenta lógicamente, también es un síntoma de incumplimiento.
Hay que tener en cuenta también que, aunque es un porcentaje bajo, hay pacientes que lo hacen mejor los días antes de ir al médico y no tan bien el resto del tiempo. este es un grupo más difícil de detectar.
Efectos a largo plazo
A la hipertensión se la denomina asesina silenciosa, la repercusión es un mal control de la tensión y las consecuencias que de esto se derivan a largo plazo, más que consecuencias en su día a día. Por eso, su médico va tener que usar las estrategias que estén a su alcance para intentar conseguir que cumpla el tratamiento. Así, es conveniente hacer pruebas complementarias: ECG, fondo de ojo, micro-albuminuria, incluso en pacientes que aparentemente están controlados porque ayudan a evitar posibles lesiones de órganos en caso de que el control no sea tan bueno como nos parece. La monitorización ambulatoria de presión arterial (MAPA) es una técnica que también puede ayudar a conocer el control del paciente y para implicarlo en el tratamiento.
Como mínimo, se debe hacer una medición de la presión arterial cada dos años para evitar daños en los órganos vitales.
La falta de cumplimiento terapéutico repercute en el Sistema Nacional de Salud, puesto que genera más visitas a la consultas y pautas de actuación por parte de los profesionales sanitarios. La falta de adherencia terapéutica se relaciona con aumento de la morbimortalidad debido a la pérdida de eficacia del tratamiento. Cuando existe incumplimiento se generan nuevas consultas y en estas se añaden nuevos fármacos. A todo esto hay que añadir un aumento de ingresos hospitalarios. Es fácil intuir que aumenten los costes económicos a través de costes sanitarios directos (mayor morbimortalidad, mayor número de ingresos hospitalarios') como de los indirectos (incapacidad laboral, disminución de productividad, costes sociales...).
Educación sanitaria
Los especialistas creen que la mejora del cumplimiento a largo plazo solo se logrará con una buena educación sanitaria, que para que sea eficaz se debe hacer de forma regular y continuada. Dada la ausencia de síntomas de la hipertensión como proceso patológico, el paciente no considerará importante su enfermedad si no es consciente de sus riesgos y la mejora en la educación sanitaria es quizás la única medida definitiva. En este contexto es muy importante el papel de los médicos como de enfermería.
Otro aspecto importante para mejorar el cumplimento es que el tratamiento sea lo más sencillo y lo menos molesto posible para el paciente en cuanto a efectos secundarios. También es importante implicar a algún familiar en la toma de medicación, sobre todo en los pacientes mayores.
Para facilitar la toma de medicación existen pastilleros semanales en los que pueden dejar preparada la medicación. Para los casos más olvidadizos se puede recurrir a dispositivos con alarma. En este sentido, también pueden ayudar las tarjetas de control que han sido diseñadas por el Grupo de Cumplimiento de la SEH-LELHA.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores médicos generales Fernando Álvarez-Franco Cañas, Clara Isabel Ordas Miguélez, María Teresa Villadangos Fernández y Enrique Castrillo Martínez, de León, y la endocrinóloga María del Carmen Fernández López, y los médicos de familia Marisa Ruiz Macho, Alfredo Bellod Fernández y José María Martínez Martínez, de Logroño.