El gasto en Farmacia Hospitalaria supone un 40 por ciento del gasto farmacéutico general, y por tanto es una partida a tener muy en cuenta a la hora de ser más eficientes. Es por ello que diversos expertos se reúnen en las VI Jornadas de Gestión aplicada a la Farmacia Hospitalaria, bajo el lema 'Los Servicios de Farmacia Hospitalaria ante un futuro que ya es hoy', que era patrocinada por Gilead. Francesc Moreu, del Instituto de Educación Continua de la Universidad Pompeu Fabra aclaraba que el objetivo final de este encuentro era el de 'ofrecer un libro blanco al conjunto de profesionales', en el cual se ofrezca una serie de soluciones a la situación de crisis. Según Moreu, no se trata de debatir los problemas de la actual crisis coyuntural, sino profundizar en los verdaderos problemas de la organización, y buscar el final del túnel. 'Hay soluciones, no de una manera utópica, pero sí de una manera realista'. De esta manera, la realidad pasa por entender que el estado de bienestar no puede ser el mismo que conocimos, y por tanto 'hay que cambiar el modelo de Salud', así como 'revisar el contrato social'.
En esta idea insistía María Antonia Mangues, directora del servicio de Farmacia del Hospital de Sant Pau, 'hay que estar muy atentos al modelo de Salud que estamos rediseñando en nuestro país', en el cual, según apunta la experta, el binomio paciente y medicamento va a tener que ser replanteado. En este sentido, el cumplimiento terapéutico, y la coordinación tanto a niveles asistenciales, como entre lo sociosanitario, van a tener que convertirse en prioridades en la agenda.
Desinvertir para no copagar
Era José Luis Poveda, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), quien planteaba medidas mucho más concretas. En su opinión, 'el entorno hospitalario tiene unas necesidades diferentes a Primaria', por lo que optar por medidas de contención del gasto, como el copago del usuario, como se plantea desde el Ministerio, aun siendo en muy pequeños porcentajes, 'no tiene mayor interés desde el punto de vista recaudatorio, ni tampoco es de interés para el sistema desde el punto de vista disuasorio'. Es por ello que las medidas deberían ir en una dirección que pase por pedir 'un mayor esfuerzo a las organizaciones y no al paciente'. De esta manera propone como primera herramienta una financiación selectiva de los fármacos, o lo que es lo mismo, no financiar todo, sino aquello que realmente aporte innovación. Igualmente, esta medida iría ligada a una desinversión, es decir, evaluar el actual arsenal terapéutico, para desinvertir en aquello que ya no aporte valor. Poveda quería remarcar igualmente que el 70 por ciento del gasto farmacéutico lo producen los propios profesionales, y por ello, cualquier medida que no pase por la gestión clínica, la motivación de los facultativos, y por dotarles de una mayor autonomía y responsabilidad, no resultará nunca efectiva.
En este sentido la idea de tener un NICE español volvía a ponerse sobre la mesa, ya que es necesario ser más coste efectivos también en el sistema de evaluación, aunque en palabras de Moreu, 'el NICE es el sueño de una noche de verano'.
Finalmente, en pro de demostrar la eficiencia de la gestión de los servicios de Farmacia Hospitalaria, José Luis Poveda ofrecía datos sobre una de las últimas estrategias en las que aquellos centros sociosanitarios que tengan más de cien camas, especialmente las residencias de ancianos, deberán contar con un servicio de farmacia vinculado. Esta medida supondrá, debido a las mejoras en gestión, un ahorro del 20 por ciento.