Fernando Carballo, presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME), considera “positiva” la intención del Ministerio de Sanidad de regular en el ámbito legislativo los criterios para aprobar nuevas especialidades médicas. En una reunión mantenida el pasado miércoles, María Luisa Carcedo informó a los…
Fernando Carballo, presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME), considera “positiva” la intención del Ministerio de Sanidad de regular en el ámbito legislativo los criterios para aprobar nuevas especialidades médicas. En una reunión mantenida el pasado miércoles, María Luisa Carcedo informó a los representantes de las CC.AA. del desarrollo del Real Decreto por el que se regula la Formación Sanitaria Especializada y que sustituye al RD de Troncalidad 2016, anulado por el Tribunal Supremo. El Ministerio ha pedido a cada comunidad autónoma la designación de un representante para el Comité Institucional que lleve a cabo los desarrollos normativos necesarios para elaborar una norma única que contemple las adaptaciones que precisan cada una de las normas vigentes relacionadas con la Formación Sanitaria Especializada. El objetivo, según el Departamento que dirige María Luisa Carcedo, es “plantear un modelo que desarrolle contenidos esenciales comunes a todas las especialidades y contenidos específicos propios de cada especialidad”.
¿Cuáles son las principales consecuencias del anuncio de la ministra de Sanidad?
En primer lugar, quienes estaban expectantes para que saliera su especialidad o su área de capacitación especializada van a ver retrasada esta salida. Todavía está pendiente de conocer si el Gobierno va a compaginar la aprobación de especialidades por la vía antigua, porque se crean y se aprueban, o va a esperar a que se apruebe el nuevo RD para nombrar nuevas especialidades. En este punto surgen los rumores de la posible aprobación inminente de la especialidad de Urgencias, si bien la ministra Carcedo por ahora solo ha hablado de la creación de Medicina Forense.
¿Por qué Medicina Forense se aprueba antes de ver la luz el nuevo Real Decreto de Formación Sanitaria Especializada?
Se trata de una problemática completamente diferente. De hecho, esta especialidad ya existe, se llama Medicina Legal y Forense. La cuestión es que desde hace dos años está suspendida su convocatoria vía MIR; sin embargo, hay otra línea profesional que depende del Ministerio de Justicia (no de Educación ni Sanidad) que son las oposiciones a médico forense. Se trata de una especialidad ligada a una oposición. En este momento la especialidad de Medicina Legal y Forense, que es la académica, estaba un poco en el limbo. Supongo que los Ministerios de Sanidad y de Justicia han llegado a algún tipo de acuerdo y deben explicar cómo regular la formación para ser médico forense.
¿Qué le parece la intención del Ministerio de Sanidad de redactar un nuevo RD de Formación Sanitaria Especializada que sustituya al RD de troncalidad?
Tanto FACME como el resto de las organizaciones profesionales integradas en el Foro de la Profesión Médica defendemos el concepto de continuum formativo, lo que supone que la formación de un médico debe ser troncal, y está formada por el grado, la formación especializada y la formación continuada. El decreto de troncalidad anterior aplica este concepto de troncalidad solo al área de formación especializada. El problema era la falta de previsión de una forma muy detallada de las consecuencias y las necesidades económicas que supondría el cambio en el sistema de formación.
Dentro de las necesidades que hay en los cambios de formación estaba no desnudar lo específico para potenciar lo troncal, es decir, en el anterior RD no quedaba claro cómo abordar una zona que quedaba solapada entre los tiempos de la formación troncal y la especializada.
Otro aspecto destacado era la dificultad a la hora de diseñar la parte troncal en las diferentes comunidades autónomas. Los servicios de Medicina Interna se sobrecargarían y también iba a ser absolutamente imprescindible la colaboración de otras estructuras asistenciales, de otras especialidades, dentro del tronco médico.
Tampoco había consenso entorno al RD de troncalidad.
Todas estas cuestiones creaban un espacio de dificultad y falta de entendimiento que dio lugar a muchos posicionamientos, tanto a favor como en contra. Además, últimamente también se produjo una defensa a ultranza realizada por Atención Primaria en relación con la importancia que tiene respetar la formación en este nivel asistencial para un modelo en el que la mayor parte de los especialistas que salgan serán de Primaria.
Cabe recordar que el Tribunal Supremo anuló el RD de troncalidad porque carecía de informe presupuestario, lo cual es elemental. Habría que calcular lo que iban a costar esas modificaciones. No podemos decir que este Gobierno va a enterrar el decreto, porque lo anuló la Justicia. Es cierto que el anterior Gobierno dijo que quería retomarlo, pero encontró tantas dificultades que tampoco lo consiguió.
El Ministerio de Sanidad actual ha preferido emprender otro camino.
Entiendo que el nuevo Gobierno ha visto que es tan complejo reactivar el decreto de troncalidad anterior que ha preferido plantear un nuevo decreto. Veremos hasta dónde llega, porque por ahora solo ha hecho un anuncio. Su intención es partir de una nueva redacción y en vez de volver a la troncalidad se va a centrar en el tema de las especialidades. Por ahora todo es futurible, y no me atrevo a posicionarme. Según ha anunciado la ministra, el objetivo es partir de unas actuaciones reglamentadas en las que participen las organizaciones profesionales, los colegios de médicos, las sociedades científicas, etc. precisamente para que las conclusiones sean consensuadas. Si se hace así, tardaremos tiempo en ver a la luz la nueva ley. Estaremos pendientes de cómo se redacta, cómo se somete a debate, a discusión y a aportaciones, y estaremos expectantes.
En otras palabras, se van a decidir las reglas del juego. La definición de la necesidad de la creación de una nueva especialidad seguirá unos criterios que estarán previamente establecidos. Creo que esto nadie lo puede ver mal. Por otro lado, cuando hay intereses legítimos de un grupo de profesionales que se han constituido ya como una estructura de conocimiento, como ocurre en las especialidades no nacidas todavía, la presión que esos grupos ejercen sobre el medio son legítimas, pero de parte. De forma inmediata surgen, como están surgiendo ahora, las contrapresiones de aquellos que se pueden ver potencialmente perjudicados en sus intereses. Esto hay que regularlo con unas normas objetivas, como dice la ministra, y me parece elemental.
¿Es necesario establecer esos criterios objetivos?
La legislación actual dice que el Gobierno tiene la potestad de definir nuevas especialidades médicas, pero, efectivamente, no existe un desarrollo legislativo que explique los criterios en función de los cuales el Gobierno debe o no debe reconocer nuevas especialidades. En segundo lugar, la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) habla de las áreas de capacitación específica, pero tampoco desarrolla estas figuras. Sí lo desarrollaba el decreto de troncalidad. Ahora hay que reconducir todas las aspiraciones de grupos especializados y congeniarlas con otra visión complementaria, que no alternativa, como es la necesidad de que los especialistas no dejen de mantener ciertas capacidades transversales o de tronco común para que al final no se fragmente en exceso el sistema. Estoy de acuerdo en que ese equilibrio debe ser abordado en el ámbito legislativo.