En el caso de los pacientes jóvenes es comúnmente asociado con el consumo de alcohol y bebidas con altas cargas de cafeína o estimulantes como bebidas energizantes y la situaciones de estrés.
31 de octubre 2019. 4:20 am
En el marco del Xpertour 2019 realizado con el apoyp de Bayer para médicos especialistas en cardiología y afines, realizado en la Ciudad de México, el Dr. Boris Eduardo Vesga Angarita, explica los pormenores del uso de anticoagulantes y betabloqueadores en el tratamiento de la…
En el marco del Xpertour 2019 realizado con el apoyp de Bayer para médicos especialistas en cardiología y afines, realizado en la Ciudad de México, el Dr. Boris Eduardo Vesga Angarita, explica los pormenores del uso de anticoagulantes y betabloqueadores en el tratamiento de la fibrilación auricular desde su experiencia en Medicina Interna y Cardiología Intervencionista que ejerce en la Ciudad de Bucaramanga, Colombia.
¿Qué es la fibrilación auricular?
Es una alteración en la activación eléctrica del corazón, específicamente en la parte de las aurículas, en la izquierda se generan corrientes y cortos circuitos que repercuten en una pérdida de la contracción normal de las aurículas y genera alteraciones hemodinámicas en el corazón, lo que favorece la formación de coágulos o trombos por la estasis sanguínea.
¿Qué lo causa?
No existe una causa directa, sin embargo la presencia de factores precipitantes, que son los mismos para el EVC y fallas cardíacas, con enfermedad coronaria, que ya han tenido un primer infarto, pacientes con obesidad, incluso los pacientes en edad adulta.
En el caso de los pacientes jóvenes es comúnmente asociado con el consumo de alcohol y bebidas con altas cargas de cafeína o estimulantes como bebidas energizantes y la situaciones de estrés.
¿Cuál es el tratamiento?
Este tratamiento tiene varios enfoques. El paciente que presenta de manera intermitente esta arritmia debe tomar fármacos para evitarlas como son los betabloqueadores y los antiarrítmicos, que estabilizan las corrientes a nivel de las células cardiacas; sin olvidar los anticoagulantes que previenen la formación de trombos, ya que los pacientes tienen desde 3 hasta 20% de riesgo dependiendo de la predisposición por diversos factores.
Por otro lado, los pacientes que lo padecen de forma recurrente deben ser tratados con electrofisiólogos por métodos de intervencionismo, ondas de radiofrecuencia y una utilización de balones.
¿Cómo el médico general puede detectarlo?
Hay que hacer las maniobras básicas del examen físico en el paciente, como es medir los pulsos arteriales, la auscultación, la toma de electrocardiogramas y en la población mayor de los 60 años debemos hacer una búsqueda activa, así como en aquellos pacientes que ya tuvieron un infarto, un EVC o trombosis para evaluar con antelación su riesgo a causa del deterioro en la capacidad cardiovascular.