Mejorar la formación en sensibilización central y aumentar la inversión en investigación son algunas de las claves que ha destacado Jesús Castro, especialista en Biología y Bioquímica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, durante la celebración del II Simposio Internacional de Síndrome de Sensibilidad Central,…
Mejorar la formación en sensibilización central y aumentar la inversión en investigación son algunas de las claves que ha destacado Jesús Castro, especialista en Biología y Bioquímica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, durante la celebración del II Simposio Internacional de Síndrome de Sensibilidad Central, organizado recientemente en Sevilla por la Sociedad Española de Síndrome de Sensibilidad Central (SESSEC). Según este experto, los médicos de Atención Primaria, en general, y los especialistas en Reumatología y Traumatología deben tener una formación específica “para evitar que los pacientes que tienen este tipo de dolor se vean obligados a transitar entre diferentes servicios hospitalarios”.
“Yo soy biólogo, y aunque no soy clínico, durante mi trayectoria como investigador en Biología y Bioquímica, he comprobado cómo muchos de estos pacientes van rodando de una consulta a la otra, y muchos profesionales de la salud no tienen conocimiento de esta enfermedad”, ha indicado.
En su opinión, los cursos de formación para los médicos de Atención Primaria son fundamentales, porque es a donde acuden los pacientes en primer lugar, tanto niños como adultos con estas patologías. Los facultativos deben conocer los síntomas y saber cuáles son los pasos a seguir. Por ejemplo, en Cataluña el protocolo indica que el médico de Primaria debe derivar a estos pacientes a las unidades especializadas en síndrome de sensibilización central.
Patología biológica y neuroinmune
La búsqueda de biomarcadores es una de las esperanzas para detectar y diagnosticar la sensibilización central, y Jesús Castro está investigando la función de las vesículas extracelulares y la interleucina citoquina. “Se trata de un proyecto del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, y esperamos presentar los primeros resultados en la primavera de 2019. Esta línea de trabajo podría ayudar al clínico para realizar un mejor diagnóstico. En cualquier caso, será necesario que el médico esté formado, y que conozca y distinga este tipo de patologías”.
El objetivo, según ha explicado este especialista en Biología, es encontrar un grupo de cinco o diez biomarcadores o marcadores biológicos que puedan ayudar a distinguir la sensibilización central. “Sería un gran avance en el abordaje de esta enfermedad, que realmente no es psicosomática ni psiquiátrica, sino que es una patología biológica y neuroinmune, como la esclerosis múltiple y otras enfermedades complejas neurodegenerativas como el parkinson o el alzheimer”, ha añadido.
El problema de la investigación, según Jesús Castro, es que las herramientas necesarias “son muy caras y escasas”. “En España es necesario potenciar, en primer lugar, la formación, pero también debemos intentar que el Gobierno y las autoridades del Ministerio de Sanidad convoquen proyectos específicos en síndrome de sensibilización central con financiación. Si esto no ocurre, en los próximos diez años no habremos avanzado nada”.
Próximos congresos de la SESSEC
“La labor de la SESSEC, que se ha creado en 2015, ya están viendo los frutos, aunque todavía es una sociedad emergente y tendría que potenciar los próximos congresos para que se sigan realizando en diferentes ciudades y hospitales de España. Sería buena idea invitar a los médicos de asistencia primaria para que vean los resultados que estamos obteniendo con mínimas cantidades de dinero invertidas en investigación y clínica”, ha dicho Jesús Castro, quien considera imprescindible “impulsar, ya sea a través de la Sociedad Española de Síndrome de Sensibilización Central u otras sociedades científicas, cursos de formación en síndrome de SC, Medicina Ambiental y en Psicología, así como en otros síndromes como la fibromialgia, la fatiga crónica o la hipersensibilidad”.