La inflamación de la glotis o laringitis puede deberse a un uso excesivo de la voz, una infección respiratoria viral o una exposición a sustancias irritantes. La principal complicación es que las cuerdas vocales se inflaman o irritan, por lo que se produce una ronquera o distorsión en los sonidos producidos por el aire que pasa a través de las cuerdas. En algunas ocasiones, el paciente puede llegar a perder temporalmente la voz. Si la ronquera se vuelve persistente, es posible que exista una enfermedad no diagnosticada más grave. La principal recomendación para el paciente con laringitis aguda es el descanso de la voz. Si el paciente continúa forzando las cuerdas vocales es probable que se produzca un daño mayor e, incluso, la cronificación.
Cuando la laringitis es de corta duración se considera aguda, mientras que si tarda más de tres semanas en curarse se denomina crónica. Normalmente los síntomas duran 15 días como máximo, y la causa más habitual es la infección por un virus (resfriado, bronquitis o sinusitis). La laringitis también puede tener su origen en una infección bacteriana, como la difteria, si bien gracias a la vacunación estos casos son poco frecuentes. El paciente con laringitis debe acudir al médico si el problema persiste más de dos semanas, y también si tiene dificultad para respirar, fiebre o dolor intenso, tos con sangre o problemas para tragar.
Principales síntomas
- Distorsión, debilidad o pérdida de la voz.
- Sensación de aspereza, sequedad o cosquilleo en la garganta.
- Dolor de garganta.
- Tos seca.