Se estima que el mercado de la mHealth, que es como se denomina al uso de los dispositivos móviles en la práctica clínica, va a crecer un 20 por ciento anual durante los próximos cinco años. Esto 'puede desempeñar un papel claramente relevante en la mejora del proceso asistencial', apunta Ángel Díaz Alegre, CEO de 'iDoctus', una aplicación móvil de ayuda clínica a la que ya se han adherido numerosas sociedades científicas españolas. 'En diecisiete meses de andadura, más de 18.000 médicos se han adscrito a nuestra plataforma en España, y ahora nos encontramos en pleno proceso de expansión internacional', afirma.
Ahorro medio estimado de 120 minutos a la semana por cada profesional
En el estudio de SEMG e 'iDoctus' 'se demuestra claramente que la utilización de las aplicaciones móviles 'de las que ya existen más de 14.000 en el ámbito de la salud- en la práctica clínica diaria supone un ahorro medio estimado de dos horas a la semana para cada profesional, lo que podría aprovecharse posteriormente para reducir costes innecesarios o invertir en formación continuada, por ejemplo', señala el experto. 'También hay claros beneficios para el médico en tanto en cuanto se contribuye a la reducción de posibles errores de prescripción, de dosificación y de interacción', añade. En definitiva, con el uso de estas nuevas herramientas 'se obtienen unos ahorros potenciales tan significativos como los procedentes de la puesta en marcha de otras iniciativas más controvertidas que se hayan podido planear'.
Con respecto a la disponibilidad de los dispositivos tecnológicos anteriormente referidos, el estudio evidencia una penetración cercana al 90 por ciento en el caso del denominado 'smartphone', de tal manera que prácticamente todos los médicos generales tienen uno. En el caso de las tabletas, dicho porcentaje se sitúa en torno al 60 por ciento. A partir de aquí, 'hay una labor pendiente de formación en el uso de este tipo de herramientas con el objetivo de que los profesionales incrementen la frecuencia de su uso', explica el CEO de 'iDoctus'. A día de hoy, 'sólo un tercio de nuestros usuarios entra prácticamente a diario en nuestra aplicación'. Esta tarea educacional choca de frente con dos obstáculos que es importante superar: el conservadurismo de la profesión y la gran carga de trabajo de los facultativos.
Según este experto, otro aspecto que habría que potenciar es la evaluación de la calidad de las aplicaciones móviles que llegan al mercado. En este sentido, 'es de destacar el 'Distintivo AppSaludable' de la Junta de Andalucía, una iniciativa de certificación que contribuye a incrementar la fiabilidad de este tipo de herramientas', comenta. 'iDoctus' 'fue la primera 'app' que contó con este sello de garantía'. Lo que se pretende con este tipo de mecanismos 'es separar el grano de la paja, de tal manera que se recomienden especialmente aquellas aplicaciones que cuentan con contenidos de calidad y el aval de sociedades científicas'. Esto no sólo representa 'una gran oportunidad' para las empresas desarrolladoras, sino que también responde a una necesidad de profesionales sanitarios y pacientes.
El sector aboga por la autorregulación
Ángel Díaz Alegre ha expresado su temor ante una posible regulación del sector por parte de la Administración. 'Si esto no se hace adecuadamente, existe el riesgo de distorsionar e incluso ralentizar su ritmo de desarrollo, algo que finalmente podría matar la innovación', afirma. Dos buenos ejemplos serían los casos de la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense y de la Therapeutic Goods Administration (TGA) australiana. 'Sólo van a revisar las aplicaciones que puedan suponer un riesgo para la salud, como es el caso de las que funcionan como dispositivos médicos'. El experto también se ha mostrado preocupado ante la posibilidad de que cada autonomía quiera contar con su propio certificado de aplicaciones. 'Si Andalucía ya lo ha hecho y funciona bien, lo ideal es que sea organismo certificador de referencia para el resto de comunidades'.
Aunque los primeros grandes avances en este campo se están produciendo en Estados Unidos y Australia, también en Europa existen iniciativas similares. Así, por ejemplo, la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnología de la Comisión Europea (CE) publica un listado anual con las aplicaciones móviles de salud disponibles para pacientes y recaba información sobre sus características, autores y país de origen, así como la opinión que se tiene de las mismas. Todos estos datos y comentarios están accesibles en la página web de PatientView (http://www.patient-view.com), cuyo contenido es meramente explicativo e ilustrativo debido a que la CE todavía no ha entrado ni en la regulación ni en la validación de este tipo de 'apps' por el gran reto que supone.
Por último, el CEO de 'iDoctus' opina que la integración de las aplicaciones móviles en los sistemas sanitarios 'no debe hacerse en base a largas pruebas piloto porque estas herramientas están en continua evolución y pueden quedarse obsoletas muy rápidamente'. No ocurre lo mismo con la telemedicina, la otra gran vertiente de la mHealth, que 'tiene un gran potencial' de cara al mantenimiento de prestaciones en un entorno de crisis como el actual. Hay numerosas experiencias en marcha que vienen respaldando su uso muy especialmente en el manejo de pacientes crónicos. 'Se eliminan visitas innecesarias porque el médico puede tomar controles remotamente para hacer más eficiente y productivo el servicio'. La reducción de costes es por tanto considerable.
El doctor José Francisco Ávila de Tomás, coordinador del Grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SOMAMFYC), considera también que todas las herramientas de la mHealth 'pueden ayudar a mejorar la salud de las personas, siendo especialmente útiles en el caso de los pacientes crónicos'. Puesto que éstos acuden en gran medida al primer asistencial, 'se están empezando a integrar las redes sociales y algunas aplicaciones móviles específicas en la práctica clínica diaria de los centros de salud con el único objetivo de potenciar la comunicación directa entre los médicos de Atención Primaria y sus pacientes más dependientes y vulnerables', añade. La formación de ambas partes es un elemento clave dentro de este proceso.
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) cuenta con un grupo de profesionales dedicados en exclusiva a la mHealth. Paralelamente, algunas de sus sociedades autonómicas han conformado sus propios equipos de nuevas tecnologías con el objetivo de potenciar el uso de todas aquellas que 'pueden favorecer la adquisición de conocimientos y habilidades por parte del paciente y, por lo tanto, la toma de decisiones sobre su propia salud o los eventos que vayan produciéndose en el curso de su enfermedad', afirma el experto. En el caso concreto de SOMAMFYC, este equipo se viene centrando en el desarrollo de aplicaciones móviles específicas en diferentes ámbitos y en el uso de las redes sociales como nuevas herramientas de comunicación en la relación médico-paciente.
La mHealth ahorra tiempo y ayuda a la toma de decisiones clínicas
El doctor Ávila considera que hay una gran variabilidad en el uso que se está haciendo de la mHealth en Atención Primaria. 'Mientras que unos profesionales pueden estar utilizando en torno a cinco o seis aplicaciones móviles al día, e incluso prescribiendo o recomendando alguna concreta a sus pacientes, otros apenas hacen uso de estas herramientas debido a su bajo nivel de conocimiento y manejo', explica. No obstante, dentro del primer grupo hay unanimidad a la hora de destacar sus principales ventajas: 'ahorran mucho tiempo y constituyen una ayuda muy válida en el proceso de toma de decisiones clínicas dentro de la consulta'. A pesar de ello, 'en España todavía nos encontramos en una fase de desarrollo teórico y pilotaje'.
Con respecto al futuro, 'es probable que la mHealth se convierta en una herramienta más de comunicación en el marco de la relación médico-paciente', afirma el experto. 'Aunque se han publicado algunos análisis donde se demuestra la utilidad de estas herramientas de cara a incrementar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios en tiempos de crisis, todavía hacen falta muchos más estudios que valoren su eficiencia a nivel general y sectorial o por proyectos y patologías', añade. 'Bien es cierto que se están desarrollando numerosas aplicaciones móviles en nuestro país y que se pueden hacer cosas muy prácticas e interesantes desde el punto de vista técnico, pero quizás se están generando unas expectativas demasiado elevadas entre la población'.
Según el doctor Ávila, uno de los retos pendientes de la mHealth de cara a su futura integración en los sistemas sanitarios es la validación de la calidad de las aplicaciones móviles, ya que 'cualquier persona con conocimientos informáticos básicos puede desarrollar una 'app' hoy en día'. En Reino Unido, por ejemplo, 'se hace una evaluación técnica y otra de los contenidos, para elaborar posteriormente un 'ranking' basado en un proceso de validación a cargo de los propios profesionales sanitarios', señala. 'En España, las administraciones públicas tendrían que establecer un marco de actuación en el que se valoraran todas las aplicaciones móviles de salud que vayan apareciendo en el mercado, tal y como se está haciendo desde la Junta de Andalucía'.
Andalucía, caso de estudio
Como ya se ha visto, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, dependiente de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, ha sido pionera, a nivel nacional e internacional, en la implantación de una estrategia de calidad y seguridad en aplicaciones móviles de salud en lengua española. La iniciativa comenzaba su andadura en septiembre de 2012, con la publicación de la primera guía de recomendaciones para el diseño, uso y evaluación de este tipo de 'apps'. Este documento serviría de base para la posterior creación del primer sello de garantía que reconoce la fiabilidad (calidad, seguridad y confidencialidad) de dichas aplicaciones, en abril de 2013: el Distintivo AppSaludable. La mHealth necesita de estos instrumentos para generar confianza en los usuarios.
Uno de los siguientes pasos a dar por parte de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía será la configuración de un programa de certificación de aplicaciones móviles de salud. Se trataría de ir más allá del Distintivo AppSaludable mediante el establecimiento de un proceso más formal y cuantitativo en cuyo marco pudiera plantearse incluso la integración de determinadas 'apps' con sistemas de información clínica. De forma paralela, también se plantea la fundación de una biblioteca de aplicaciones móviles de salud y la creación de comunidades de práctica abiertas a los distintos colectivos vinculados con la mHealth. Con todo esto, se pretende dar respuesta a algunos de los importantes desafíos de la mHealth y sus tecnologías.
Según Javier Ferrero, director de Sistemas y Tecnologías de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, 'la validación científica de las 'apps' y su prescripción por parte de los profesionales sanitarios son dos de los retos pendientes de la mHealth, junto con la competencia tecnológica del paciente y la aplicación institucional de los dispositivos'. En este contexto, 'existen numerosos estudios que otorgan a la mHealth un papel relevante en la futura prestación de los servicios sanitarios', añade el experto. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de 'una verdadera transformación en la atención sanitaria', diversos informes dibujan un horizonte marcado por la implantación masiva de este tipo de tecnologías.
La crisis económica, una oportunidad para el desarrollo de la mHealth
En general, las potencialidades de la mHealth pasan por 'la personalización de los servicios sanitarios, el acercamiento de los pacientes a los profesionales de la salud y una mayor eficiencia y efectividad de las prestaciones sanitarias', apunta el experto. 'En un contexto de crisis económica como el actual es donde deben explorarse estas vías para que redunden en mejoras de servicios y optimización de costes'. Podemos encontrar algunos ejemplos en la gestión de citas en movilidad, que minimiza cancelaciones. la resolución de dudas, que ayuda a disminuir el número de consultas presenciales. las comprobaciones prequirúrgicas, que evitan desprogramaciones. o los servicios de teleconsulta para pacientes crónicos, que mejoran la adherencia a los tratamientos.
Por tratarse de una iniciativa pionera a nivel nacional e internacional, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía está recibiendo 'apps' procedentes de distintos puntos del Sistema Nacional de Salud e incluso de otros países de lengua española. En general, 'hay numerosas áreas de mejora en la gran mayoría de las aplicaciones evaluadas hasta el momento, sobre todo en lo relativo a diseño, autoría, fuentes de información, confidencialidad y seguridad', afirma Javier Ferrero. De forma paralela, 'también se están desarrollando diversas 'apps' en el ámbito de la calidad y seguridad del paciente'. Tal es el caso de 'Pregunta por tu salud', para la gestión de preguntas y respuestas antes de acudir a consulta, o 'RecuerdaMed', para la gestión de pacientes polimedicados.
En el XXXI Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial, celebrado recientemente en Valencia, la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía ha presentado un catálogo de aplicaciones móviles de salud (http://www.calidadappsalud.com/distintivo/catalogo) que muestra aquellas 'apps' que destacan por su calidad, seguridad y fiabilidad: aparecen las que tiene el Distintivo AppSaludable (http://www.calidadappsalud.com/distintivo-appsaludable) y las que están en proceso de evaluación o han solicitado este reconocimiento. La publicación de este catálogo pretende poner a disposición de los usuarios un recurso de consulta útil para avanzar en las garantías de uso de las aplicaciones móviles de salud, poniéndose de relieve sus aspectos destacables e identificándose posibles mejoras.
Gracias a las nuevas aplicaciones móviles, la población general puede llevar un control estricto de sus enfermedades crónicas, como la diabetes o el asma, hacer un seguimiento de la salud de los más pequeños de la casa o medir su ritmo cardiaco, temperatura y presión sanguínea. Más amplio todavía es el campo de las 'apps' que ayudan a dejar de fumar, bajar peso y hacer ejercicio, las más populares por el momento. Con todo esto, no cabe duda de que la mHealth constituye una gran oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas, y muy especialmente la de nuestros mayores. La adopción masiva de móviles por parte de personas de la tercera edad hace posible la práctica de la telemedicina siempre que los facultativos la consideren oportuna y suficiente.
10.000 millones en 2017
Las nuevas oportunidades que ofrecen los teléfonos móviles como dispositivos que ayudan en el ámbito sanitario fueron debatidas también en una jornada organizada por Pharma Talents y PwC. Joan Guanyabens, director de IT Health de PwC y moderador del acto, recalcó que el teléfono móvil 'está transformando nuestras vidas. Estamos obligados a preguntarnos cómo puede ayudarnos 'bien como médico, como farmacéutico o como ciudadano' a transformar el sistema hacia la Medicina personalizada, predictiva, preventiva y participativa'.
Por su parte, Rana Mehta, líder global de mHealth de PwC, repasó los aspectos más destacados del informe de análisis para la Unión Europea 'Impacto socioeconómico de la mHealth', publicado el pasado mes de junio. 'Un modelo de prestación de servicios interconectados de salud puede llegar a disminuir los costes en un 50 por ciento', subrayó.
En el caso de España, su estimación es que la mHealth podría ahorrar al sistema más de 10.000 millones de euros en 2017. Los ámbitos más prometedores en los que los móviles podrían ser determinantes son los de bienestar, prevención, diagnóstico, monitorización, tratamiento y fortalecimiento de sistemas de salud.
'Estos servicios deben ser proporcionados por un ecosistema de grupos de interés, cada uno con sus propias motivaciones y retos. Este ecosistema podría aprovecharse de los datos, del análisis de la información y de la experiencia clínica para intervenir de forma proactiva con servicios personalizados. Y, en ese ámbito, los protocolos pueden ser muy útiles', añadió.
En su opinión, las barreras para limitar la adopción son numerosas: tanto desde el punto de vista regulatorio como económico, estructural o tecnológico, por lo que es precisa la armonización de marcos regulatorios, el impulso a los incentivos y la aparición de modelos de negocio claramente definidos. 'La mHealth debe ser integrada, inteligente, orientada a resultados, socializada, interoperable y participativa', resumió Metha.