En el marco de la
Semana de Concientización del Crecimiento Infantil que se conmemora del 19 al 25 de septiembre,
El Médico Interactivo México entrevistó de manera exclusiva al
Dr. Mario Molina, endocrinólogo pediatra del Hospital Infantil de México, Federico Gómez para comentar sobre las causas de la deficiencia de crecimiento primario en niños.
De acuerdo con el experto, la hormona de crecimiento es la que ayuda al niño a crecer. Es una glándula que se encuentra en la hipófisis y actúa solo un 15% directamente en el hueso para ayudar al crecimiento.
Quien logra el crecimiento del 85% restante es el IGF-1 factor de crecimiento lineal. Sin embargo,
la deficiencia primaria de este elemento es una enfermedad muy rara que se caracteriza por un retraso severo en el crecimiento de los niños y la padece 1 en un millón de personas.
Las estadísticas están subestimadas, ya que muchas veces los médicos pasan por alto algunos datos, con lo cual muchos niños no llegan al diagnóstico. Es común establecer que hay problemas de talla baja pero no buscan la causa, se queda como un problema idiopático. El deber de un especialista es investigar hasta encontrar un diagnóstico adecuado.
¿Cuál es la principal causal de este déficit de crecimiento?
La principal causa que se le llama primaria es por
factores genéticos. Como el IGF-1 actúa con otras proteínas para lograr su acción, al haber alteración en esas proteínas a nivel genético, produce la deficiencia de este. Las causas secundarias son problemas de
desnutrición, insuficiencia renal y el
uso crónico de medicamentos como esteroides.
¿Cuándo se considera talla baja?
La idea es medir a los papás y sacar un parámetro que se llama
Talla Blanco Familiar. Con base en la estatura de mamá y papá el niño no puede estar lajeado a más de 4 centímetros de ese carril de estatura genética. Si está arriba de ese parámetro, cinco o más se considera talla baja.
Es importante que el médico evalúe las valoraciones subsecuentes entre 4 a 6 meses para detectar a tiempo si hay un cambio en el promedio de crecimiento esperado.
Porcentaje de crecimiento óptimo
En el primer año de vida, un bebé crece 25 cm. Si nace con una talla de 50 cm que es más o menos el promedio, al año debe tener 75 cm. Deberá tener un crecimiento de 12.5 cm en años posteriores. Sin embargo, la velocidad va disminuyendo, siendo más estable en la etapa de la primaria, que puede ser entre 5 y 7 cm por año y cuando llega la pubertad se observa un crecimiento acelerado que permite llegar a la estatura final adulta.
¿Cómo el médico de primer contacto puede detectar este padecimiento oportunamente?
Hay varios datos que se van presentando en la etapa posterior al nacimiento. El niño puede nacer con un peso de 2 kilos y medio y talla menor a 48 cm. Este es un
foco de alerta, por lo cual se debe ir valorando y observar si el crecimiento es adecuado cada mes. Otros datos son que la frente se haga prominente y la carita hundida, acompañado con bajas de glucosa, hipoglucemia, el médico debe estar atento sobre una probable deficiencia.
Es muy importante hacer la detección temprana. Desafortunadamente el cuadro puede ser muy leve y puede pasar desapercibido, lo que es frustrante para el paciente que llega a la adolescencia donde ya es más difícil ayudar, porque las hormonas que dan los cambios en la pubertad van cerrando los ciclos de crecimiento y los médicos van contra reloj.
¿Cuál es el objetivo de conmemorar la Semana del Crecimiento Infantil?
“En la Semana del Crecimiento Infantil es necesario hacer conciencia a toda la población de llevar al niño a
revisión para saber que el crecimiento sea adecuado y tener una ganancia al hacer la detección temprana de una deficiencia de IGF-1”, señalo el Dr. Mario Molina.
El mensaje para los médicos de primer contacto es que deben revisar al bebé de pies a cabeza y graficarlo en cuanto a historial de peso y estatura, observar cómo va caminando el paciente en esas curvas, si va en dirección correcta o hay alguna desviación, aunque solo vaya a consulta por una gripe o enfermedad diarreica.
De igual forma se debe revisar la historia de los padres que pudieron haber dejado pasar un problema o enfermedad genético en su estatura y pueden ser heredadas autosómica dominante en un 50% o autosómico recesivos en un 25%.
Existe tratamiento contra la deficiencia de crecimiento
Actualmente se cuenta con tratamientos específicos que van encaminados a la
restitución y reposición del IGF-1, llamado IGF-1 recombinante, que se administra a diario de forma subcutánea, ayuda a que haya un crecimiento lineal, mejorando todos los parámetros metabólicos, permitiendo acercarse a la
Talla Blanco Familiar y a una estatura funcional”.
No contar con este tratamiento puede representar niños con estatura de hasta 80 o 90 cm y pueden llegar a tener complicaciones como infartos o eventos vasculares a una edad prematura o alteraciones en el neurodesarrollo.
Los suplementos alimenticios no son necesarios si se lleva una alimentación saludable que incluye el plato del buen comer para tener un crecimiento de manera adecuada. El ejercicio que se recomienda es aeróbico que ayuda a la hormona de crecimiento. Debe ser un ejercicio estructurado como natación o fútbol e hidratarse con agua y evitar las bebidas electrolíticas. Si a un niño se le detecta, diagnostica y se le proporciona tratamiento oportuno se puede cambiar el pronóstico de estatura.