Los directivos sanitarios quieren un cambio en el sistema que vaya encaminado hacia una despolitización de los cargos, una mayor formación e incentivación y una vía de acceso consensuada a estos puestos de gestor. Pero es un deseo que debe partir, a juicio de los expertos, de un Pacto político y también social del Sistema Nacional de Salud (SNS), donde se ponga en valor y se blinde la autonomía de estos cargos.
Ese fue el nexo de unión de la mesa de debate 'Profesionalizando la gestión', organizada por el XX Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria que se celebra en Sevilla y que contó con la presencia de los gerentes de los servicios de salud de Castilla y León, Islas Baleares, Cataluña y Andalucía, que coincidieron en acometer ese gran Pacto, del que ha encontrado, de momento, la colaboración inicial de los partidos tradicionales (PP y PSOE), pero que entienden que debe ser más amplio.
Antes, los ponentes hicieron un diagnóstico inicial del trabajo en la función directiva. El gerente del Servicio de Salud de Castilla y León, Rafael López Iglesias, esbozó un escenario en el que un 70 por ciento de los cargos son elegidos por afinidad política, las CC.AA. han hecho pruebas en materia de formación pero nada concretas y la figura del directivo 'está estigmatizada'. Su homóloga del Instituto Catalán de Salud, Candela Calle, fue a más en este diagnóstico, al indicar que la figura del gestor está cuestionada por todos los frentes, por lo que 'hay que generar confianza en los pacientes, los hospitales, los profesionales y también en las mareas'.
A estos lastres de una figura que 'no está bien vista' se suman otros, como el hecho de que 'no haya una formación específica ni carrera profesional' y un sistema retributivo 'que deja mucho que desear' ya no comparando con los sueldos de la empresa privada, sino también comparándolo con otros puestos inferiores de la Sanidad pública. Así lo lanzó el gerente del Servicio de Salud de Islas Baleares, Juli Fuster, que también incluyó en el saco de los escollos la delgada línea, cada vez más difusa. entre políticas sanitarias, que se deberían debatir en el parlamento, y las tareas de gestión, que deberían ser competencia única de la función directiva.
Puestas las trabas, el gerente del Servicio Andaluz de Salud, Mariano Marín, empezó a defender las virtudes del directivo. Así, se acogió a las conclusiones de un informe que realizó el Estado inglés, en el que valoró los cargos directivos, para defender el papel de los gestores. En ese informe se indicó que fue un error prescindir de directivos, ya que hacía falta liderazgo en la gestión.
Con esas directrices llegaron al consenso de exigir un Pacto estatal con presencia de todos los actores, en pos de la profesionalización e incentivación de estos directivos. Y, con ello, evitar situaciones como el desprestigio de estos cargos o, por ejemplo, problemas ya debatidos en el congreso como la falta de relevo generacional o la necesidad de formación específica.
Así, cada gerente mostró las iniciativas que se están llevando en sus respectivas CC.AA. López manifestó que en Castilla y León se han ofertado convocatorias públicas para gerentes de hospital, integrada y centro de salud basadas en criterios de capacitación y preparación. A su vez, han llegado a un pacto para que al menos los nuevos directivos no pierdan dinero cuando asumen su nuevo cargo, algo que no ocurría anteriormente. En Baleares, salvo los gerentes, el resto de directivos a cargo público se realizan a través de oferta pública y también se mantienen que no pierdan dinero con su ascenso, aunque a juicio de Fuster, 'debe haber más aliciente económico por la responsabilidad del cargo'. En Cataluña también hay intentos de profesionalización, así como la formación de cargos intermedios, pero 'no vale de nada si no se creen nuestra función'. En este punto, Marín recordó que Andalucía ha incorporado en la ley de sostenibilidad un artículo concreto dedicado a la profesionalización de la función directiva, así como una valoración en la acreditación de competencias. Además, desde la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) se han abierto dos líneas formativas: una para permitir el acceso a cargos intermedios y otra para directivos.
Y, ¿cuándo es el momento de cesar a un cargo? En esta mesa de gerentes regionales tenían claro que en ningún caso se debe regir a cuestiones políticas. Aunque la confianza es una de las bazas que tienen más fuerza para mantener a estas personas en sus cargos, invitaron a que se piense como una empresa de resultados: si la cuenta es positiva se quedan y si no se van, 'Hay que despolitizarse pero tampoco hay que caminar hacia la funcionarizacion', advirtió López Iglesias, que invitó a que las destituciones 'se midan por sus resultados y no por condicionantes políticos'. A este respecto, Calle incorporó el concepto de gobernanza, a través de medir el trabajo a través de la cultura de rendimiento.