Con la gestión clínica 'se está cayendo en el error de abordar las herramientas antes que los elementos de calado', ha denunciado la profesora Lola Ruiz Iglesias, directora de la Cátedra Pfizer en Gestión Clínica, en una entrevista concedida a EL MÉDICO INTERACTIVO. El debate político en torno a este asunto 'está centrándose casi exclusivamente en el modelo organizativo de los hospitales con el único objetivo de ahorrar, cuando el gobierno clínico debe poner el foco en asegurar la calidad técnica y asistencial del sistema sanitario, mejorándose así la seguridad de los pacientes', añade. No cabe duda de que esto 'traerá consigo una mejor utilización de los recursos y, por consiguiente, una disminución de las bolsas de ineficiencia'.
La creación de un modelo sanitario de calidad 'requiere la definición de una serie de estándares claros y homogéneos para la práctica clínica por parte de un organismo similar al NICE británico, la introducción de elementos de auditoría externa en el SNS, el aseguramiento de la formación continuada de los profesionales, la introducción de sistemas de información eficientes y fiables, la revisión de los modelos contractuales y salariales para que las políticas de incentivos vayan alineadas con los estándares de buena práctica clínica y la existencia de organismos y métodos de acreditación y certificación', entre otras cosas. Además, 'los clínicos deben liderar este proceso para que lo sientan suyo', añade la experta.
Para entender la esencia de lo que debe ser la gestión clínica 'no hay más que analizar las políticas de calidad que se han ido implantado en los países de la OCDE en los últimos años', explica la profesora Ruiz Iglesias. 'Todos estos sistemas sanitarios se han dotado de las mismas herramientas con el objetivo de garantizarles a sus pacientes el mínimo riesgo en la prestación de servicios', añade. 'Para hacer esto, es necesario que clínicos y gestores trabajen conjuntamente. No se trata, por tanto, de discutir acerca de cuántas unidades clínicas puede haber en un centro sanitario o de establecer los requisitos para la creación de las mismas, sino de ir más allá en la conformación de un modelo duradero'.
En este punto, la experta ha puesto como ejemplo el debate nacional sobre el gasto farmacéutico, donde se han iniciado todo tipo de medidas para reducirlo: 'El problema no está en si se gasta mucho o poco, sino en la calidad de la prescripción', afirma. 'En la gestión clínica ocurre lo mismo'. También 'se tiene evidencia de que la falta de calidad de los actos clínicos y los errores asistenciales están muy condicionados por los modelos organizativos y sus circuitos operativos, que en España están mal diseñados y demasiado jerarquizados'. Las entidades sanitarias 'necesitan tener capacidad de motivar y diferenciar a sus profesionales para que puedan participar más activamente en la toma de decisiones'.