En el marco del XXIX Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA), que se está desarrollando en Murcia, se ha celebrado un simposio sobre 'la Perspectiva de la Calidad Asistencial desde diferentes Organizaciones'. Moderado por el profesor Emilio Ignacio García, que ha sido elegido durante esta reunión nacional como nuevo presidente de esta sociedad científica, la mesa ha permitido conocer de primera mano la opinión de gestores y políticos sanitarios, así como de representantes de la industria farmacéutica y de los médicos de Atención Primaria, sobre los retos pendientes y las posibles soluciones para garantizar la mejor calidad en la asistencia médica pública que se ofrece en nuestro país.
El ejemplo de Andalucía
Desde el punto de vista de la Administración, María Isabel Dotor Gracia, de la Dirección General de Calidad, Investigación y Gestión del Conocimiento de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, ha resaltado el papel de las Guías de Práctica Clínica en la gestión asistencial de las administraciones sanitarias, siendo éstas 'herramientas esenciales para garantizar la aplicación de la mejor evidencia científica disponible, reduciendo la variabilidad en la práctica clínica y ayudando en la toma de decisiones', ha señalado.
Dada su importancia, según ha justificado María Isabel Dotor, 'la Junta de Andalucía ha apostado por su inclusión y generalización, incorporándolas como una parte esencial del Plan de Calidad del Sistema Sanitario'. sin embargo, ha matizado, 'desde la política sanitaria de Andalucía lo que estamos imponiendo es un modelo de gestión clínica y por procesos, algo que para los profesionales les puede resultar más útil que las propias guías de práctica clínica'.
Existen otros recursos capaces de proporcionar la calidad asistencial deseada, como 'la mejora de la gestión clínica basada en la descentralización de la toma de decisiones, la creación y acreditación de las Unidades de Gestión Clínica, el desarrollo competencial adecuado de los profesionales, la expansión de los procesos asistenciales integrados o la implantación de la gestión por competencia'. Sobre este último aspecto, ha destacado la representante de la Junta de Andalucía, 'estamos convencidos que el mayor activo de una organización son sus recursos personales y, por ello, queremos ser una organización gestora y dinamizadora del conocimiento'. en concreto, María Isabel Dotor ha subrayado la posibilidad que tienen los profesionales de esta Comunidad de 'autoevaluar sus conocimientos y de recibir la formación específica que precisan gracias a la labor que se lleva a cabo desde el Observatorio para la Calidad de la Formación'.
La visión de la Industria Farmacéutica
Menos optimista sobre el presente y el futuro de la calidad asistencial ha sido el representante de Farmaindustria. El director del Departamento de Relaciones con las Comunidades Autónomas de esta entidad, José Ramón Luis-Yagüe Sánchez, se ha quejado 'de la situación de ahogo a la que se está sometiendo a la industria de fármacos innovadores (la principal responsable de la investigación que se lleva a cabo en España), que va en perjuicio de la calidad de la atención sanitaria'.
'A pesar de que el gasto farmacéutico es la partida más transparente del total del presupuesto sanitario, y de que ha experimentado una dramática reducción en los últimos años en nuestro país, se le sigue sometiendo a más recortes', ha denunciado José Ramón Luis-Yagüe.
Según datos expuestos en este foro, el peso que tiene el gasto farmacéutico sobre el gasto sanitario público total llegará a situarse por debajo del 16 por ciento a finales de este año. además, se ha apuntado que España es uno de los países europeos que tiene los medicamentos innovadores más baratos y que el porcentaje de medicamentos de marca a precio de genérico prescritos en nuestro país ha pasado del 25 por ciento a finales del 2006 al 38 por ciento en diciembre del 2010, 'por lo que ahora contamos con una gran cantidad de medicamentos de marca a precio de genéricos', según el miembro de Farmaindustria.
A su juicio, 'uno de los principales problemas radica en que el dinero empleado en sanidad no se utiliza de forma adecuada. no se efectúa una utilización eficiente del mismo'. En cuanto a posibles soluciones, le ve muy poco futuro a un recurso que está siendo un éxito en otros países, como son los contratos de riesgo compartido, 'que puede ser una alternativa conceptualmente atractiva para equilibrar incertidumbres pero que en España no va a funcionar debido a que el mercado está muy intervenido por los gobernantes'.
Como mensaje final, Luis-Yagüe ha reconocido que 'estamos obligados a encontrar el equilibrio entre la sostenibilidad del SNS, el mantenimiento de los niveles de calidad y el derecho de los pacientes a acceder a los nuevos tratamientos'. Para ello, 'la Industria Farmacéutica necesita de un marco estable y predecible'.
La opinión de los médicos
Como representante de las sociedades científicas, y dando voz a los profesionales de la salud en este simposio, el Dr. Armando Santo González, coordinador nacional del Grupo de Calidad y Gestión de SEMERGEN, ha puesto el acento en compatibilizar la sostenibilidad del sistema sanitario con la libertad de la práctica clínica y el libre acceso de los usuarios.
Según el panorama que ha dibujado, 'nos encontramos en una situación en la que se advierten cuatro grandes problemas: los políticos asignan menos recursos de los necesarios al gasto sanitario, la organización asistencial es deficiente, los médicos prescriben más de lo necesario y los pacientes efectúan un consumo creciente de los recursos'. Ante esto, y 'dado que estamos inmersos en un sistema de salud que es generador y potenciador de demanda asistencial -ha afirmado-, el reto no es tratar de lograr un sistema más sostenible, sino realmente más solvente'.
A juicio del Dr. Santo González, 'hay problemas relativamente sencillos de resolver'. En concreto, en cuanto a los profesionales sanitarios, se aboga por dotarles de una mayor libertad, responsabilidad y recursos: 'si el médico de Atención Primaria está sometido a un ejercicio limitado de su quehacer, terminará por delegar responsabilidades y hará una utilización más ineficaz de los recursos'.