Cada vez hay más casos de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y, debido a la longevidad de la población, el sistema sanitario tiene que afrontar el reto de su prevalencia, con el consiguiente aumento del gasto sanitario. Así lo han indicado diversos portavoces del
Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu), que preside Ana Gutiérrez. Un dato significativo ha sido que una de cada cien personas podría llegar a padecer EII en los próximos cinco años.
Para abordar esta problemática, Geteccu ha organizado una jornada divulgativa para toda la población, ya que considera necesario ofrecer más formación y reducir el estigma asociado a este tipo de enfermedades, entre otros objetivos.
Iago Rodríguez-Lago, responsable de Comunicación de Geteccu y médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo (Unidad de EII) del Hospital de Galdakao de Bizkaia, ha señalado que“la EII es una patología moderna cada vez más frecuente en todos los países desarrollados”.
Se calcula que, aproximadamente, un 10 % de los pacientes no responde bien a los tratamientos farmacológicos, por lo que necesitan cirugía. La gran mayoría de los pacientes se tratan con inmunomoduladores, biológicos y, más recientemente, biosimilares.
En todo caso, el impacto de patologías como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn en el sistema sanitario es creciente.
Factores de riesgo
El tabaco es el principal factor de riesgo ambiental; de hecho,
la medicación funciona peor en el paciente fumador activo, que tiene un mayor índice de cirugía y, en general, su evolución es peor. Además, la contaminación, la falta de vitamina D o el estrés son factores de riesgo ambientales.
La evolución de la dieta tradicional y de los hábitos de vida ha influido en el aumento de casos de EII, por la cantidad de aditivos, por ejemplo, y especialmente por el empleo de los emulsionantes alimentarios, que provocan la alteración de la barrera epitelial intestinal.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad de Crohn varían en función de la edad del paciente. Los principales síntomas son el dolor abdominal y la diarrea crónica. Puede tener también afectación sistémica y provocar fiebre, malestar general y, en el caso de los niños, retraso del crecimiento.
En general, las manifestaciones clínicas de la colitis ulcerosa impiden al paciente tener una buena calidad de vida, especialmente por el malestar general, el dolor abdominal o la urgencia para defecar.
“Un mayor retraso en el diagnóstico influye de forma negativa en el pronóstico de la enfermedad. Con el tiempo, aumenta la tasa de complicaciones”, han dicho los responsables de Geteccu.
Medicina de precisión en EII
La estratificación y la individualización, es decir, la Medicina de precisión, son la base del abordaje terapéutico del paciente con EII. Se debe tener en cuenta la clasificación de la enfermedad, la actividad, los biomarcadores, los predictores de respuesta al tratamiento y las preferencias del paciente, entre otros muchos aspectos.
El programa CUE
También ha intervenido en esta jornada formativa
Ana Gutiérrez, presidenta del Grupo y responsable de la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital General Universitario de Alicante. La presidenta ha expuesto todas las actividades que desarrolla el Grupo de Trabajo en formación, investigación o comunicación, entre otras múltiples vertientes.
Uno de los retos de Geteccu, según su presidenta, es
“homogeneizar una calidad asistencial excelente en toda España”. Para ello, se ha desarrollado
el programa CUE, una iniciativa pionera que tiene como objetivo “mejorar la calidad de vida del paciente con EII a través de una atención integral y coordinada, desde el diagnóstico temprano hasta el seguimiento a largo plazo”.
Novedades terapéuticas
A continuación, ha hablado de las novedades terapéuticas
Yamile Zabana, presidenta electa de Geteccu (a partir de octubre de 2024). Es médica adjunta del Servicio de Aparato Digestivo, Unidad de EII, del Hospital Universitari Mútua Terrassa de Barcelona.
Yamile Zabana ha defendido
“un enfoque interdisciplinar” de la enfermedad, como se indica en el
Programa de Certificación de las Unidades de Atención Integral a pacientes con EII.
Respecto a las terapias emergentes, esta experta ha recordado que la EII es “una enfermedad compleja” que cuenta con una serie de opciones terapéuticas, incluso combinación de terapias. Todos estos avances están consiguiendo una reducción de las intervenciones quirúrgicas, si bien se calcula que
un alto porcentaje de pacientes no tiene controlada su enfermedad. Aparte de la terapia multimodal, también se recurre a tratamientos cíclicos. Además, se ha referido a la aparición de los biosimilares, que ha extendido los beneficios de los biológicos.
El objetivo de esta Medicina personalizada, como ha dicho Yamile Zabana, es
la remisión de la enfermedad (“curación de la mucosa”) o, al menos, evitar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Asimismo, ha mencionado
las posibilidades futuras de la inteligencia artificial, gracias al manejo de todos los datos disponibles. “La IA puede ser útil para detectar nuevos
targets de tratamiento, predecir la EII preclínica o la respuesta al tratamiento, hacer un seguimiento más eficiente y detectar una posible neoplasia”.
Impacto emocional
La calidad de vida del paciente con EII y el impacto en su salud mental y emocional ha sido el tema abordado por
Marta Calvo, vocal del Área de Comunicación de Geteccu. También es médica adjunta del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid.
Un alto porcentaje de la población afectada siente
desmotivación, ansiedad, rabia, depresión, frustración y vergüenza, como se ha desvelado en una encuesta. El 98 % de los pacientes encuestados valora de forma positiva que las decisiones se tomen de forma compartida.
Como retos, Marta Calvo ha hablado de la necesidad de
“romper las barreras sociales y el estigma” de este tipo de patologías. Aparte de la calidad de vida, el estigma también afecta a la autoestima, la salud mental o la adherencia terapéutica.