Estos esferosomas se producen en las células tumorales y se liberan al medio extracelular para transportar información a las células vecinas
21 de julio 2023. 11:21 am
La revista Sientific Reports recoge un estudio pionero realizado por Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón y de la Universidad de Zaragoza centrado en tumores cerebrales de bajo grado. En concreto, el trabajo ha identificado que los gliomas de bajo grado emplean unas vesículas…
La revista
Sientific Reports recoge un estudio pionero realizado por Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón y de la Universidad de Zaragoza centrado en tumores cerebrales de bajo grado. En concreto, el trabajo ha identificado que los gliomas de bajo grado emplean unas vesículas que se conocen como esferosomas. Estos esferosomas se producen en las células tumorales y se liberan al medio extracelular para transportar información a las células vecinas o a otras células lejanas a través de los vasos.
Cabe recordar que las
células tumorales se comunican entre ellas y con su entorno, modificándolo, para favorecer su crecimiento y malignidad. Existen muchas comunicaciones que van desde moléculas sencillas, como son los factores de crecimiento, hasta
vesículas que son pequeñas bolsitas llenas de información. Así, las vesículas extracelulares más estudiadas son los exosomas. Sin embargo, este equipo ha encontrado que otras vesículas, los
esferosomas, son más habituales en estos tumores cerebrales.
La clave de los esferosomas
El equipo ha descrito con mucho detalle el origen de estos esferosomas y cómo se producen encontrando que es muy distinto a los exosomas. “Los esferosomas tienen diferente origen y biogénesis que los exosomas hallados en otros tumores y presumiblemente transportan diferentes moléculas. Es decir, diferente contenido o información. Esto sugiere que
desempeñan funciones distintas en la progresión de estos tumores cerebrales”, explica Marta Baselga, primera firmante del trabajo.
Este estudio además reveló la presencia de una estructura celular, el cilio primario en los gliomas de bajo grado. Esta estructura funciona como una antena y desempeña un papel importante en la detección y transmisión de señales oncogénicas, lo que la convierte en una prometedora diana terapéutica.
Este trabajo ha sido posible gracias al apoyo del Servicio General de Apoyo a la Investigación de la Universidad de Zaragoza y está financiado por la XIII Beca FERO, Proyectos líneas prioritarias y de carácter multidisciplinar del Gobierno de Aragón y por la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Aragón (ASPANOA).