En los próximos 30 años, la cifra de afectados a nivel mundial por la lumbalgia superará los 800 millones de personas. Así se concluye en uno de los últimos trabajos publicados en la revista
The Lancet Rheumatology. Ante estos datos, Marcos Paulino, presidente electo de la Sociedad Española de Reumatología (SER), ha dejado una puerta al optimismo recordando que “hay esperanza de reducir estos niveles de prevalencia si se presta atención a minimizar los factores de riesgo que señalan los autores de este trabajo. De hecho, existen hábitos de vida evitables que impactan en la lumbalgia.
En concreto, se trata de factores de riesgo como la
obesidad, el tabaquismo y las malas posturas en el trabajo. Para combatir la obesidad, además de cuidar la alimentación, es muy beneficioso realizar ejercicio físico de manera frecuente, lo que, a su vez, contribuirá a fortalecer la musculatura y prevenir el riesgo de sufrir dolor lumbar.
Lumbalgia y hábitos de vida evitables
Con relación al ejercicio, Marcos Paulino recuerda que “existe la
falsa creencia de hacer reposo prolongado y evitar los movimientos de la columna cuando se sufre lumbalgia”. Sin embargo, se se ha demostrado que evitar el reposo y tratar de recupera la actividad ayuda significativamente en la recuperación de las personas que sufren dolor lumbar. “Si bien es cierto que el ejercicio hay que realizarlo con cuidado y adaptado a la limitación física de la persona en ese momento. Un ejemplo serían los ejercicios recomendados para esta patología incluidos en el proyecto
Reumafit”.
En cuanto al tabaquismo, el especialista en Reumatología recuerda que “este hábito suele relacionarse con otros factores del estilo de vida que se han relacionado con un riesgo mayor de sufrir lumbalgia, como son la obesidad, la inactividad física y no dormir lo suficiente”. Además,
“fumar se ha asociado con daño en las estructuras óseas, en este caso de la columna”.
Por último, con respecto a la actividad laboral, aquellos trabajos que conllevan
estar sentado o de pie mucho tiempo, levantar objetos muy pesados, así como rotar flexionar el tronco de manera repetida pueden conducir a posturas inapropiadas y sobresfuerzo que produzcan lumbalgia. “Aunque tampoco debemos olvidar factores como el estrés y la fatiga, que pueden contribuir a una mayor tensión acumulada en la zona de manera inconsciente y, por ende, a la aparición de dolor lumbar”, apunta el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Ciudad Real.