La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia advierte de la importancia de implantar medidas de tromboprofilaxis, tras una valoración individual
La prevención de trombosis clave en pacientes con COVID-19 parece ser uno de los factores clavos para evitar complicaciones. Esa es la idea en la que ha insistido la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH). En concreto, José Antonio Páramo, presidente de la SETH,…
La prevención de trombosis clave en pacientes con COVID-19 parece ser uno de los factores clavos para evitar complicaciones. Esa es la idea en la que ha insistido la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH). En concreto, José Antonio Páramo, presidente de la SETH, afirma que los pacientes hospitalizados por procesos infecciosos, como es el caso de COVID-19, muestran “una elevada incidencia de fenómenos trombóticos, que es incluso superior en aquellos que requieren atención en unidades de cuidados intensivos y respiración asistida', lo que supone 'una prevalencia de hasta un 30 por ciento de tromboembolismo venoso, lo que empeora el pronóstico y aumenta la mortalidad”.
Por ello, desde la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia, advierten de la importancia de implantar
medidas de tromboprofilaxis, tras una valoración individual de riesgo de tromboembolismo, mediante el empleo de heparina de bajo peso molecular, administrada durante el ingreso, y prolongada un mínimo de 7-10 días tras al el alta hospitalaria, acompañada de otras medidas preventivas, como mantener una actividad física y dieta adecuadas.
Un documento de recomendaciones
A este respecto, desde la SEH se ha elaborado un
documento de recomendaciones para manejar la anticoagulación durante la crisis sanitaria provocada por la actual pandemia de coronavirus COVID-19. En el mismo se especifica que siempre que sea posible, toda actuación en la consulta de anticoagulación se hará con la intención de que no se generen visitas sucesivas en los siguientes 2 meses.
También, los pacientes con enfermedad tromboembólica venosa tratados con fármacos antivitamina K y que se considere que pueden requerir visitas cercanas por incertidumbre en la dosis (lo que incluye los inicios) y que no tengan contraindicación, se valorarán tratamientos alternativos como heparina de bajo peso molecular o anticoagualntes orales directos. Además, se intentará prolongar lo más posible el control de los fármacos antivitamina K en los pacientes bien controlados, llegando a controles cada 6-8 semanas si el hematólogo o su médico de atención primaria lo valora indicado. Desde las dos sociedades creen imprescindible considerar las posibles interacciones de los anticoagulantes de acción directa y de los cumarínicos con los fármacos que se están utilizando para el coronavirus, como antirretrovirales o cloroquina.
Además, la SETH está continuamente actualizando información sobre el COVID-19 y organizando diversos webinar al que pueden acceder todos los especialistas con el fin de estar al día con las patologías y su relación con el COVID-19.