La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha implementado recientemente un Protocolo Nacional de Donación de Órganos tras la Aplicación de la Prestación de Ayuda para Morir
25 de septiembre 2023. 10:41 am
La Comisión Deontológica del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha abierto del debate sobre los posibles conflictos éticos que pueden presentarse en la donación de órganos tras un proceso de eutanasia. Hay que contextualizar que la aprobación de la Ley de la…
La Comisión Deontológica del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha abierto del debate sobre los posibles conflictos éticos que pueden presentarse en la donación de órganos tras un proceso de eutanasia. Hay que contextualizar que la
aprobación de la Ley de la Eutanasia en junio de 2021 ha abierto una nueva iniciativa que tiene como finalidad aumentar el número potencial de donantes en España: los trasplantes de órganos de pacientes sometidos a procedimientos eutanásicos. Esto se ha hecho posible porque la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha implementado recientemente un
Protocolo Nacional de Donación de Órganos tras la Aplicación de la Prestación de Ayuda para Morir.
A este respecto, algunos de los vocales de la Comisión consideran “que al igual que la aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia fue aprobada de una manera precipitada, sin un debate ético médico y social adecuado, este protocolo debería haber sido
objeto de un debate ético y deontológico más profundo, contando con el consenso de los comités de ética o el asesoramiento de las comisiones deontológicas ajenas a la ONT”.
Donación de órganos tras un proceso de eutanasia
De esta forma, la Comisión
ha analizado este protocolo con el objetivo de reflexionar sobre las implicaciones éticas y deontológicas que conlleva esta nueva forma de donación de órganos en un proceso de eutanasia.
Una de las líneas del protocolo que la Comisión ha evaluado se refiere a la
autonomía del paciente y la voluntad del donante. En este mismo contexto, la Comisión sostiene que “el procedimiento diseñado para el discernimiento y la toma de decisiones en el proceso de donación eutanásica puede no cumplir las condiciones necesarias para una decisión verdaderamente autónoma y la posibilidad de instrumentalización de la persona, en beneficio de un aumento del número en las donaciones”. Por tanto, debe establecerse salvaguardas eficaces a través de órganos de control independientes.
También se han analizado otras cuestiones como los casos de aplicación en el ámbito domiciliario y traslado posterior al hospital para el explante. Según la Comisión, aquí se plantean “serias dificultades éticas, particularmente en lo que se refiere a la
sedación y soporte vital extraordinario que implican riesgos injustificados y son contrarios a los criterios de aplicación ética de estos procedimientos”.
Igualmente, la Comisión subraya la importancia de analizar profundamente la
donación en asistolia en el contexto eutanásico. Todo con el fin de evitar que la donación pueda suponer una justificación o un modo de promoción de la eutanasia, y así evitar un condicionamiento de la capacidad de decidir del paciente.