Cecilia Martínez llevará los próximos cuatro años las riendas de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (
SEFH) tras ser elegida presidenta en el 68º Congreso Nacional, celebrado el pasado mes de octubre en Bilbao. Farmacéutica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en la entrevista con
EL MÉDICO se muestra ilusionada ante los retos que se ha marcado la nueva junta directiva que liderará. Entre ellos se halla la elaboración de un plan estratégico, pero “sobre todo trabajar juntos para hacer una farmacia hospitalaria más fuerte”, dice sonriente.
¿El Congreso de Bilbao ha sido un chute de energía para la SEFH?
Ha sido un congreso récord en asistentes, en volumen de comunicaciones y en constantes actividades en el Palacio Euskalduna de Bilbao. Hemos estado en constante ebullición en todas las salas donde se han presentado las mejores comunicaciones de la especialidad. Han sido jornadas larguísimas de trabajo. El número de comunicaciones ha superado las 800. Todo esto ha puesto de manifiesto el interés de nuestro colectivo por compartir experiencias de las que todos podemos aprender. La temática fue muy variada, pero muy actual. En las sesiones plenarias y científicas se trataron temas como la contaminación ambiental de los fármacos, la salud desde el punto de vista integral o la digitalización. En las mesas redondas se abordaron los efectos ecotoxicológicos de los fármacos y las experiencias de la farmacia hospitalaria en ámbitos diferentes al hospitalario. Han sido temas tremendamente actuales en una sociedad que está muy viva.
En la asistencia sanitaria están los médicos, las enfermeras… ¿dónde queda la figura del farmacéutico hospitalario más allá de la dispensación de fármacos?
Realmente el farmacéutico de hospital ya lleva más de dos décadas integrando y desarrollando ese perfil más clínico, formando parte de los equipos de trabajo, tanto clínicos como asistenciales, tanto de gestión como detrás del paciente. Trabaja siempre bajo el prisma de la seguridad, del uso seguro de los medicamentos y en prevenir más que en reaccionar.
¿A la velocidad a la que marchan los cambios en la tecnología analítica, la puesta al día de la FH está bien planteada en la Sanidad pública o habría que trabajar más?
El farmacéutico hospitalario en los centros donde desarrolla su labor asistencial sí que contribuye a esa actualización constante. De hecho, está integrado en programas innovadores de adaptación y revisión de los tratamientos conectándolos en tiempo real con las analíticas, dejándose guiar para identificar a aquellos pacientes que puedan estar más necesitados o que puedan beneficiarse más de una intervención farmacoterapéutica que pueda evitar la aparición de incidentes relacionados con la medicación. Se trata de conseguir los mejores resultados en su tratamiento.
La Inteligencia Artificial ya es presente, ¿cómo está evolucionando y afectando a la FH?
La Inteligencia Artificial (IA) se va a incorporar a muchos más niveles. Hay muchos sistemas tecnológicos que están integrados dentro de los servicios de farmacia que van a tener aplicaciones de IA. Desde esos puntos de afinidad más básica hasta esos otros puntos de atención más centrados en asistencia a los pacientes. Y en guía y orientación de la identificación de esos pacientes que más se van a beneficiar de nuestras labores.
Hablando de puesta al día, ¿se habla de una Medicina Personalizada también en su especialidad?
Por supuesto, la Medicina Personalizada (MP) digamos que cubre dos aspectos, por una parte, permite identificar a aquellos pacientes que más se pueden beneficiar de un tratamiento concreto. Estará más enfocada a permitirnos la selección de los mejores tratamientos según el perfil genético que tenga un paciente. Y, por otro lado, nos permitirá evitar la aparición de diversos efectos adversos en pacientes cuyo perfil genético nos va a marcar una toxicidad determinada en una línea terapéutica. Por lo tanto, los farmacéuticos están absolutamente integrados y realizando labores de farmacogenética en nuestros hospitales y llevando a cabo ese consejo genético y esa recomendación de ajuste de tratamiento y selección inicial de los pacientes para las distintas terapias.
¿Harían falta más plazas de FIR?
Ciertamente, la formación especializada es una demanda que siempre tenemos. Existe una necesidad muy grande de especialistas. Tenemos áreas todavía sin cubrir, porque no hay aún suficiente recambio de profesionales. En nuestra web recogemos ofertas de empleo y siempre hay plazas sin cubrir. No hay especialistas. Llevamos ya varios años elevando esta necesidad de especialistas a las Comisiones de Recursos Humanos en las distintas comunidades autónomas e incluso a nivel ministerial. Y eso que llevamos dos años en los que el número de plazas de Farmacia Hospitalaria se han incrementado dentro de las ofertas de formación especializada, pero realmente la demanda no disminuye. Hay que cubrir las plazas y permitirnos seguir creciendo.
Con respecto a la investigación, pero al pasarla a la clínica parece que algo falla. ¿Por qué el retardo en la traslación clínica?
Hay muy buenos investigadores en este país y asociados a los centros sanitarios. También disponemos de centros de investigación muy avanzados que permiten luego la traslación de la investigación a nuestros pacientes. En el campo de la Farmacia Hospitalaria son varios los proyectos en los que sí se está haciendo esa traslación desde estudios; por ejemplo, de nuestros compañeros de Santiago de Compostela, en formulaciones oculares, a líneas de farmacogenética que nos permiten identificar toxicidades o selección precoz de fármacos en distintos localizadores que hasta ahora en fármacos no se habían identificado. Son muchos los campos en los que ahora mismo se está realizando investigación de calidad aplicada a los pacientes.
¿Se necesitarían más empresas biotech para ayudar a los investigadores?
Nuestros centros sanitarios realizan acuerdos con las fundaciones de investigación para hacer esas colaboraciones público-privadas y siempre es necesario seguir invirtiendo en tecnologías. Es deseable, por supuesto, que fortaleciéramos entre todos ese tejido empresarial que apoyaría los hallazgos de nuestros investigadores.
¿Qué habría que hacer para crear estas empresas biotech más potentes?
Tenemos que trabajar en fomentar la colaboración de las empresas pequeñas que están investigando y buscar la manera de conectarlas con los centros donde los investigadores buscan ese potencial tecnológico y esa complementariedad de conocimientos, lo que permitirá a unos buscar las soluciones y a otros que les ayudasen con los medios tecnológicos para hacerlos posibles. Hay centros donde esta colaboración es más acentuada; necesitamos que esos centros sigan creciendo y que se impregne esa cultura de la colaboración. Desde la farmacia hospitalaria siempre estamos con la mente abierta y con ganas de colaborar.
Visto el mandato de aquí a cuatro años, ¿cuáles serán sus retos?
Iniciamos una andadura que realmente quiere dar continuidad a un proyecto que se inició hace cuatro años. Con esta nueva candidatura iniciamos un proyecto con los mismos valores que teníamos en el proyecto anterior, valores de trabajar en las alianzas, en apoyarnos en la evidencia de los datos, en seguir potenciando la investigación, la colaboración, la unión y la transparencia, con el convencimiento y el mantra de que la formación técnica de excelencia es la clave para el desarrollo profesional óptimo para el farmacéutico de hospital, para la consecución del mejor resultado en los pacientes y el mejor funcionamiento del sistema.
¿Los estudios de farmacia están bien planteados o habría que cambiarlos?
Son amplísimos. Hay compañeros llevando a cabo estudios de investigación básica, y otros que lideran trabajos multicéntricos de alta calidad con publicaciones en revistas de impacto. La revista Farmacia Hospitalaria, que es un órgano de expresión científica de la SEFH, tiene un gran nivel y sirve de ejemplo a otras sociedades científicas del mundo. De hecho, su calidad hace que sea clave para los farmacéuticos de hospital y los investigadores que se asoman a la misma para publicar sus investigaciones.
Para dedicarse a la farmacia clínica, ¿cuáles tendrían que ser las características, al margen de la vocación?
La farmacia clínica impregna ahora toda nuestra profesión: hace años que entró en nuestra especialidad. Llevamos las últimas dos décadas desarrollándola al máximo con residentes que, a lo largo de sus cuatro años de formación, se van integrando en los distintos servicios clínicos que luego nos han permitido precisamente que la actividad de este se complemente. Se suplementen esas funciones más básicas de elaboración, de adquisición, en gestión de los almacenes con las labores más clínicas de otros compañeros que se nutren del trabajo de los demás para llegar a que detrás de cada paciente y del tratamiento de su médico haya un farmacéutico asesorándole y trabajando por la mejora de sus resultados. Para alcanzarlos con la mejor seguridad está la labor del farmacéutico hospitalario.
¿Qué requisitos remarcaría en el perfil de un FH?
Es una persona a la que le gusta muchísimo su profesión; se mantiene completamente al día y está altamente conectada, porque las redes han llegado al día a día de la especialidad hace muchísimo tiempo. Somos una sociedad que cuenta con 30 grupos de trabajo, hay más de 1.500 socios integrados en ellos, lo cual supone que la mitad de los socios participa activamente de su área, unos son de área transversal, otros más específicos. Además, contamos con grupos de atención al paciente en la urgencia, oncológicos o incluso de farmacotecnia, que es una de nuestras labores más básicas y al tiempo uno de nuestros pilares. Ahora mismo la farmacotecnia no solo está cubriendo huecos relacionados incluso con los desabastecimientos, sino que nos ha permitido seguir creciendo y avanzando en la preparación centralizada de los medicamentos desde los servicios de farma.
Las especialidades médicas están feminizadas, sin embargo, el acceso femenino a los puestos directivos, incluso en las sociedades científicas, sigue siendo complicado. ¿Esto ocurre también en esta especialidad?
Es un tema que inevitablemente está presente en nuestros días. Tengo el privilegio de incorporarme a la presidencia de la SEFH. Seré la tercera presidenta que tiene la sociedad científica, que mayoritariamente son mujeres y en la que, sin embargo, el acceso de los puestos a la cabeza no ha sido tan mayoritario como hubiera sido lo lógico. Pero parece que ahora entramos en este cambio de paradigma. Por otro lado, múltiples estudios ya han dejado claro que ha habido un sesgo de género, que no se ha incluido a tantas mujeres como hombres en las investigaciones clínicas. Los comportamientos son distintos ante un hombre o una mujer; pero hoy las cosas están cambiando, aunque todavía falte mucho recorrido.
Perfil: investigador y docente
Cecilia Martínez Llamazares es responsable del área Materno-Infantil del Hospital Gregorio Marañón. Doctora en Farmacia por la Universidad de Granada y especialista en Farmacia Hospitalaria, Martínez desarrolla su actividad asistencial en el centro público de la Comunidad de Madrid. También es diplomada en Estadística en Ciencias de la Salud por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Formó parte del Comité Operativo que lideró en el Materno-Infantil el proceso de acreditación de
Joint Commission International (JCI), el principal organismo de certificación y mejora de la calidad de la atención médica en el mundo. Asimismo, pertenece actualmente a la Subcomisión de Infecciones y Política de Antibióticos y es la secretaria de la Comisión de Atención a la Parada Cardiorrespiratoria, ambas del Hospital Materno-Infantil.
Junto a su labor asistencial, Cecilia Martínez presenta una extensa experiencia como investigadora principal o colaboradora en más de 15 proyectos con financiación concedida en convocatorias competitivas, así como primera autora o autora responsable y colaboradora de más de 60 publicaciones indexadas en Web of Science (WoS). Además, cuenta con un amplio bagaje docente, habiendo sido profesora asociada en la Universidad Complutense de Madrid y San Pablo CEU y dirigido varias tesis doctorales.
Dentro de su trayectoria, ha ejercido como miembro del Grupo Español de Farmacia Pediátrica (GEFP), vocal del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y asesora del Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).