Con el título 'La Seguridad del Paciente en organizaciones sanitarias complejas' Antares Consulting ha celebrado unas jornadas en las que han sido analizados los problemas más habituales que se les presentan a los pacientes ingresados en complejos hospitalarios y en cómo mejorar la seguridad de éstos desde diversos ángulos y puntos de vista. La situación actual de los pacientes ingresados, las experiencias exitosas, las dificultades para mejorar e implantar mejores prácticas, las propuestas de soluciones desde diversos organismos, el gestionar mejor con menos costes, la ayuda de las nuevas herramientas tecnológicas de última generación, como es el caso de la TPSC Cloud para gestionar más eficazmente la seguridad del paciente, así como la humanización de la asistencia, estuvieron presentes en las distintas ponencias.
La reducción de costes acentúa los riesgos
'La gestión de la seguridad del paciente en el contexto actual' fue el tema tratado por Eduard Portella, presidente de Antares Consulting, que resaltó que los programas de reducción de costes acentúan los riesgos y citó la variabilidad clínica como un factor que impide que iniciativas punteras que han sido desarrolladas con éxito en algunos centros no han servido para impulsar su reproducción en otros hospitales. Incidió en que existe un problema de percepción en relación con los avances logrados, que se ve agravado con la convergencia de mensajes contradictorios que impiden ver en lo que se está mejorando. Y aseguró que un 3,2 por ciento de los costes en seguridad del paciente sería evitable.
Hay que tener en cuenta que el coste de la seguridad del paciente tiene un coste mínimo estimado en más de 28 millones y medio de euros y que el coste máximo es de casi 33 millones y medio de euros.
Según los Estudios ENEAS, EPIDEA y EPINE los llamados 'efectos adversos' se producen principalmente por la medicación, las infecciones nosocomiales y los problemas relacionados con la realización de procedimientos. La suma de estos factores eleva al 9 por ciento los efectos adversos que se presentan en nuestros hospitales.
La infección nosocomial
Concretamente, el estudio EPINE (1990-2010, últimos datos de que se dispone) señala que la infección nosocomial adquirida en los hospitales españoles está entre un 6,5 y un 8,5 por ciento, circunstancia que alarga las estancias de los pacientes y provoca reingresos con el consiguiente coste para el sistema de salud.
Citó Portella algunos casos exitosos de hospitales en cuanto a seguridad del paciente como el modelo danés, los éxitos de algunos hospitales españoles y otros ingleses, incidiendo en que si no eran trasladables los casos exitosos entre hospitales de un mismo país, más complicado se presenta trasplantar un modelo de un país a otro. De hecho, cada uno de los hospitales que citó destacaba por una cualidad muy distinta a los otros. Como recomendaciones para alcanzar buenos resultados destacó la implicación de la alta dirección en el problema, el apoyo institucional, la disponibilidad de recursos, la potenciación de la comunicación, tanto externa como hacia el exterior, la participación, la evaluación del desempeño de las labores y la flexibilización a la hora de tomar medidas.
Ahorro de hasta 8 millones en un solo proyecto
Por último, recomendó a las 'organizaciones complejas', concretamente a los líderes, que implementen las buenas prácticas porque así será más fácil que organizaciones sanitarias más básicas sigan su ejemplo.
El subdirector general de Servicios Sanitarios del Departament de Salut de la Generalitat, Josep Davins, destacó que la política de salud de su departamento pasa por una alianza que en 2006 apostó por la sensibilización y la formación y que van perfeccionando cada año. En la estrategia están implicados los 69 hospitales de la red pública de Cataluña y a nivel de Atención Primaria están participando los 370 centros de salud. El compromiso de los profesionales, afirmó, es muy bueno. 'Hemos bajado tasas de infección por determinadas bacteria y por neumonía que estaban entre un ocho y un diez a cuatro, que era el objetivo. Todo esto nos permite un ahorro en evitar muertes y en acortar estancias en UCIS en orden de unos 7 u 8 millones de euros en uno solo de los proyectos'.
Itziar Larizgoitia, responsable del Área de Innovación de Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud, resaltó la importancia de impulsar líneas de trabajo y de aportar soluciones, así como la gran diferencia existente en cuanto a infecciones y mortalidad entre los países ricos, los emergentes y los que están en vías de desarrollo. En estos últimos las infecciones se dan entre un 14 por ciento hasta un 18 por ciento 'y hasta más', mientras que las infecciones en Europa suponen un 6 ó 7 por ciento. Otro dato significativo es el referido a la mortalidad en partos que en los países emergentes se eleva a 40 recién nacidos por mil partos mientras que, por ejemplo, en España es de 2 recién nacidos por mil partos.
Citó a James Reason y su libro The Human contribution para concluir que 'el factor humano es un factor de riesgo y también el líder que puede lograr que las cosas funcionen bien'.
El subdirector general de Calidad, del Servicio Madrileño de Salud, Alberto Pardo, citó el caso Josie King -la pequeña estadounidense que murió en uno de los más prestigioso hospitales de su país, el John Hopkins de Baltimore, a causa de un error médico- para poner de relieve que son los profesionales de la salud los que pueden poner orden. Entresacó del vídeo, muy difundido por YouTube y que protagoniza la madre de Josie, la siguiente frase: 'esto no lo arreglan los abogados. Sólo ustedes lo pueden arreglar', refiriéndose a los médicos.
José María Ruiz Ortega presidente de la Asociación Española de Gestión de Riesgos Sanitarios (AEGRIS) y subdirector General de Aseguramiento y Prestaciones del Servicio Murciano de Salud, habló de 'tecnolatría' o el afán por innovar a cualquier precio, 'lo que conlleva a la utilización de tecnología no contrastada' y echó de menos las reparadoras palmaditas en el hombro que daban los galenos cariñosamente a sus pacientes. Abogó por un nuevo marco de actuación, pasando por un compromiso entre paciente y sanitario, por gestionar los riesgos sanitarios global y gradualmente y por construir de abajo arriba. En esta línea propuso un 'responsable de inconformismo' y un 'director de buen ambiente', entre otras cosas.