En nuestro entorno, en términos generales,
entre el 69 y el 82 por ciento de los fallecimientos son consecuencia de enfermedades crónicas. Esto supone que la prevalencia de personas con
necesidades paliativas se encuentra con una frecuencia del 35 al 40 por ciento en los hospitales de agudos en España. Así se ha puesto de manifiesto en la
III Jornada de Cuidados Paliativos de la SEMI. Durante la misma, la principal conclusión es que es urgente mejorar la identificación de pacientes no oncológicos con necesidades paliativas.
Los pasos claves para una planificación adecuada de cuidados paliativos incluirían según la escalera de
Planificación Anticipada de Cuidados. Esto supone una primera fase, en la que se realizaría una exploración del conocimiento de la enfermedad y de los valores del paciente. En un segundo escalón se compartirían con el paciente las decisiones y los objetivos del tratamiento. Por último, se plantearían las decisiones a tomar al final de la vida.
Necesidades paliativas en Medicina Interna
Gema Flox, coordinadora del Grupo de Cuidados Paliativos de SEMI, explicaba en este foro que en el
proceso de enfermedad avanzada se produce “un deterioro funcional”. Este está asociado a sufrimiento por parte de los pacientes, pero también de las familias. Además, supone un importante uso de recursos. En estos casos es clave identificar las necesidades paliativas de estos pacientes. Para ello, se recomienda
instaurar la atención paliativa precoz, integral e integrada. Esta debe cubrir a todas las personas con todo tipo de enfermedades y/o condiciones crónicas. Debe estar disponible, además, en todos los servicios de salud.
De esta forma, es clave identificar de forma precoz a los pacientes no oncológicos con necesidades paliativas, así como realizar una aproximación clínica adecuada en cada una de las patologías. Insuficiencia cardíaca o EPOC, entre otras. También es fundamental, en estos casos, una comunicación adecuada de las “malas noticias” y un correcto tratamiento del dolor con los fármacos más idóneos en cada caso. Esto incluye los opioides, que se usan para control de síntomas refractarios, como son el dolor y la falta de aire o disnea, especialmente en enfermedades crónicas avanzadas).