Científicos del Instituto de Investigación Scripps (TSRI) en La Jolla (Estados Unidos) han identificado un componente crítico que conecta el oído con el cerebro, una proteína llamada TMHS. Se trata de un componente de los canales de mecanotransducción en el oído, que convierten las señales de las ondas acústicas mecánicas en impulsos eléctricos transmitidos al sistema nervioso.
Ulrich Mueller, profesor en el Departamento de Biología Celular y director del Centro de Neurociencia de Dorris TSRI, dirigió el nuevo estudio, publicado en la revista Cell.
En el laboratorio, los científicos fueron capaces de colocar TMHS funcional en las células sensoriales de la percepción del sonido de ratones recién nacidos sordos pare restaurar su función. 'En algunas formas de sordera humana, puede ser una manera de colocar estos genes de nuevo y fijar las células después del nacimiento', destacó Mueller.
TMHS parece ser el vínculo directo entre el mecanismo de resorte en el oído interno que responde al sonido y la maquinaria que dispara señales eléctricas en el cerebro, según los autores de la investigación. Cuando la proteína está ausente, estas señales no se envían al cerebro y no se puede percibir el sonido.
De hecho, formas genéticas específicas de esta proteína se han encontrado en personas con formas hereditarias comunes de la sordera, por lo que este descubrimiento parece ser la primera explicación de cómo estas variaciones genéticas están implicadas en la pérdida de audición.
A través de los años, se han identificado docenas de genes relacionados con la pérdida de audición, pero siempre ha faltado una imagen mecanicista completa. En su nuevo estudio, Mueller y su equipo mostraron que cuando la proteína TMHS falta, las células ciliadas pierden su capacidad de enviar señales eléctricas.
Los científicos han demostrado esto usando una técnica de laboratorio que simula la audición con células in vitro. 'Ahora podemos empezar a entender cómo los organismos convierten las señales mecánicas en señales eléctricas, que son el lenguaje del cerebro', concluyó Mueller.