La incidencia del ojo seco ha ido en aumento en los últimos años y se prevé que esta tendencia continúe. Es por ello que es importante identificar qué factores pueden estar relacionados con dicho aumento, para prevenir y controlar este
frecuente problema de salud ocular, que
padecen más de 5 millones de personas en España. Así, para hacer frente a este problema de salud, el papel de la nutrición es clave; y es que un aporte adecuado de nutrientes podría ayudar a mejorar y prevenir esta enfermedad, tanto por las propiedades intrínsecas de determinados nutrientes como por el efecto que pueden tener sobre la microbiota intestinal.
Así se ha puesto de relieve en el acto oficial de presentación del
libro “Nutrición y Oftalmología Culinaria. Enfermedad de Ojo Seco”, que ha reunido a más de un centenar de oftalmólogos en el Basque Culinary Center. Durante el mismo ,intervino José Manuel Benítez del Castillo, que actualmente preside la Sociedad Española de Oftalmología (SEO).
De esta forma, destacó que la enfermedad de ojo seco, “se enmarca en el actual estilo de vida, caracterizado por el trabajo continuado ante pantallas, el efecto de la calefacción y el aire acondicionado, la polución o la influencia de ciertas medicaciones; pero, además, se ha identificado su relación con la nutrición, considerándose actualmente ésta como una variable muy a tener en cuenta, tanto en el plano preventivo como en el terapéutico”.
Consumo de omega-6 y ojo seco
En concreto, en este foro se informó de que distintos estudios revelan que una
dieta rica en omega 6 aumenta hasta 2,5 veces el riesgo de sufrir una enfermedad de ojo seco. En cambio, los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias, anticoagulantes y antihipertensivas.
Además, regulan el metabolismo de los lípidos, la glucosa y las funciones del sistema nervioso central. En humanos, los ácidos grasos poliinsaturados han demostrado un efecto protector contra enfermedades crónicas como son las enfermedades cardíacas, el cáncer y los trastornos neurodegenerativos. Igualmente, las vitaminas (A, D y C), y determinadas sustancias como la cúrcuma, también tienen un efecto positivo en la salud ocular.
Otra línea de trabajo es el estudio de la
influencia de la alimentación en el estado de la microbiota intestinal, evidenciando cómo los cambios o desequilibrios en ésta (disbiosis intestinal) se asocian con alteraciones autoinmunes y otras patologías de base inflamatoria. Tal es el caso de pacientes con ojo seco o síndrome de Sjögren, que poseen una flora intestinal sustancialmente diferente a la que tienen las personas que no sufren estas enfermedades.