Investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago, en Estados Unidos, han descubierto que una molécula incrustada en la membrana de las células hepáticas que ayuda a la absorción del colesterol podría ser también clave en las infecciones por hepatitis C, convirtiéndose en punto de entrada del virus en el organismo. Así se desprende de los resultados de la investigación que publica en su último número la revista Nature Medicine. Actualmente ya hay un fármaco aprobado que podría ser efectivo.
Estudios anteriores habían demostrado que el colesterol podía estar relacionado de alguna manera con esta infección, de hecho, los autores de este trabajo sospechaban que un receptor llamado NPC1L1, conocido por ayudar a mantener el equilibrio del colesterol, también puede estar implicado en el transporte de los virus a la célula.
El receptor es común en el intestino de muchas especies, pero en las células del hígado sólo se ha identificado en humanos y en los chimpancés, según reconoce Susan Uprichard, profesora asistente de Microbiología e Inmunología e investigadora principal del estudio. De hecho, añade, estos primates son los únicos animales que pueden ser infectados por este virus.
En concreto, Uprichard y su equipo demostraron que al anular o bloquear el acceso a los receptores de NPC1L1 impide la entrada del virus y la infección de las células.
El investigador, Bruno Sainz, coautor de la investigación, explica que esto se debe a que el receptor está involucrado en el metabolismo del colesterol, una relación que ya ha sido bien estudiada.
Ya existe un fármaco que fue utilizado para bloquear el receptor antes, durante y después de la inoculación con el virus, en cultivos celulares y en un modelo de animales, para evaluar el papel del receptor de la infección y el potencial del fármaco como agente anti-hepatitis.
Los investigadores demostraron que la ezetimiba inhibe la infección por hepatitis C en cultivos celulares y en modelos trasplantados con células de hígado humano. Y, a diferencia de los fármacos actualmente disponibles, la ezetimiba fue capaz de inhibir la infección por los seis tipos del virus.
Ante estos datos, reconoce Uprichard, el estudio abre una serie de posibilidades para la terapéutica de esta enfermedad infecciosa, que es la principal causa de trasplante hepático en Estados Unidos. El problema, añade, es que muchos pacientes infectados tienen problemas después del trasplante dado que el virus ataca al hígado nuevo.
La ezetimiba es bastante segura y se ha utilizado a largo plazo, sin perjuicio de las personas para controlar el colesterol, según concluye Uprichard.