Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), parece que hablamos de todo lo que está por llegar. Pero en realidad, su aplicación ya forma parte del día a día de muchos especialistas. Es el caso del campo de la imagen médica o incluso de los ensayos clínicos, entre otros.
Para abordar algunas de las áreas donde la IA está teniendo más impacto, la
Fundación Instituto Roche, en colaboración con el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y su Instituto de Investigación Sanitaria han celebrado la
19ª Jornada Internacional sobre Investigación Traslacional y Medicina Personalizada de Precisión. Y es que, como destacaba Carmen Ayuso, jefa del departamento de Genética del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, la inteligencia artificial tiene un enorme potencial para mejorar la calidad, la eficiencia y la accesibilidad de la atención médica.
Durante esta sesión ha destacado la intervención de
Luis Martí-Bonmatí, director del Área Clínica de Imagen Médica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe, responsable del Grupo de Investigación Biomédica en Imagen del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe y director científico de EUCAIM (European Cancer Imaging Infrastructure). El experto ha abordado el cambio que la IA está suponiendo en la imagen médica, y es que si la propia imagen fue una tecnología disruptiva que permitió dejar de intuir lo que le pasaba el paciente, para poder observarlo y analizarlo, ahora la
IA lo que va a permitir es estimar el curso de la enfermedad.
Avances en imagen médica
“Somos precisos etiquetando un tumor, pero aún desconocemos sus subtipos moleculares, cuál va a ser la respuesta al tratamiento o cómo y dónde va a recurrir, todavía hay mucho que desconocemos”, señalaba Bonmatí, apuntando que la IA ya ha comenzado a dar respuesta a muchas de estas preguntas.
Como ejemplo, Luis Martí-Bonmatí,explicaba que la IA ya permite con una sola imagen clínica analizar cada uno de los órganos por separado para estudiar cada estructura. Por ejemplo, con la imagen de una columna vertebral ya es posible
reconstruir digitalmente los huesos del paciente para aplicar carga y presión a los mismos y calcular su fragilidad sin tener que tocar al paciente, un paso importante en el tratamiento de la osteoporosis. Igualmente, es posible solo con la imagen analizar el tejido del hígado de un paciente para
conocer el porcentaje de hierro o de grasa de una forma más precisa que con una biopsia, que al fin y al cabo solo hace una foto de una parte de ese tejido y no de su conjunto.
Armonización de la información
Por otra parte, “antes teníamos el problema de que no éramos capaces de controlar la reproductividad”, apuntaba el especialista. Es decir, que los resultados variaban según la imagen, el equipo con el que se realizaba, etc. “Lo que
la IA nos está permitiendo es armonizar y corregir las variaciones”.
Aunque sin duda entre los grandes avances el experto señalaba la búsqueda de nuevos biomarcadores que permitan personalizar los tratamientos y la posibilidad de predecir el riesgo y la agresividad del tumor. Para todo ello “la interacción entre IA y hombre es fundamental”, ya que el objetivo no es sustituir al experto, sino que ante la ingente cantidad de información y de parámetros a analizar, la herramienta consiga que todo sea más ágil y rápido para el especialista.
Para sacar el máximo potencial a esta ciencia ómica, disponer de datos de calidad sigue siendo todavía el gran reto. En este sentido, Martí- Bonmatí aportaba datos del proyecto europeo EUCAIM, que ha generado una infraestructura con un “grandísimo” repositorio para agrupar toda la información que ahora está dispersa y en riesgo de perderse. “EUCAIM ofrecerá imágenes médicas y datos clínicos y moleculares relacionados a toda Europa, contribuyendo a mejorar los resultados de los algoritmos de inteligencia artificial y a minimizar los sesgos relacionados con la población que se utilizó para entrenarlos”.
Mejora de los ensayos clínicos
Otra de las áreas en las que la IA está teniendo un gran impacto es en el entorno de los ensayos clínicos. A este respecto intervenía Lucía Llanos, responsable de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
La experta señalaba algunas áreas de mejora en las que la IA ya tiene un impacto positivo. Era el caso de la mejora en el reclutamiento de pacientes, en el seguimiento de estos pacientes, en la
comunicación de acontecimientos adversos o en la monitorización acotada de pacientes. Además, la IA permite mejorar el flujo de información en las plataformas de los ensayos para que los profesionales tengan un acceso a información real. Respecto a los próximos pasos a seguir, Lucía Llanos señalaba algunos como evaluar el rendimiento en la identificación de candidatos o mejorar la protocolización.
Por último, Toni Andreu, director científico de EATRIS (Infraestructura Avanzada Europea para la Investigación Traslacional), era el encargado de impartir la conferencia magistral ‘Impacto de la inteligencia artificial en el desarrollo de la Medicina Personalizada de Precisión en Europa’ en la que ha presentado una
visión general de los retos y las oportunidades de la IA en el contexto del sistema de salud poniendo en valor el cambio que representa la nueva legislación europea al respecto. En este sentido, la investigación, la colaboración y el marco regulador serán esenciales para maximizar los beneficios potenciales de la inteligencia artificial.