MADRID (EUROPA PRESS)En familias de monos rhesus –al igual que en sus primos los humanos–, los padres ansiosos tienen más probabilidades de tener descendencia ansiosa, por lo que un nuevo estudio de imágenes cerebrales en una familia de monos proporciona pistas importantes sobre cómo se…
MADRID (EUROPA PRESS)
En familias de monos rhesus --al igual que en sus primos los humanos--, los padres ansiosos tienen más probabilidades de tener descendencia ansiosa, por lo que un nuevo estudio de imágenes cerebrales en una familia de monos proporciona pistas importantes sobre cómo se transmite el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión de padres a hijos.
La investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud de las Emociones del Instituto de Investigación de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, muestra cómo un circuito cerebral superactivo implicado en tres áreas del cerebro heredado de generación en generación puede sentar las bases para el desarrollo de la ansiedad y los trastornos depresivos.
El estudio, que se publica esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', demuestra que la actividad elevada en este circuito prefrontal-límbico del cerebro medio es probable que participe mediando en el riesgo innato para la ansiedad extrema y el temperamento ansioso que se puede observar en la primera infancia.
'El exceso de actividad de estas tres regiones del cerebro son alteraciones cerebrales hereditarias que están directamente relacionadas con el riesgo posterior de desarrollar ansiedad y depresión durante la vida --afirma el autor principal, Ned Kalin, presidente de Psiquiatría en la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Washington, Estados Unidos-- Éste es un gran paso en la comprensión de las bases neuronales de la ansiedad heredada y empieza a darnos objetivos más selectivos para el tratamiento'.
Investigaciones anteriores del equipo de Kalin han demostrado que el temperamento ansioso se hereda y explicado los circuitos cerebrales implicados. Aproximadamente, la mitad de los niños que muestran ansiedad extrema llegan a desarrollar trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés en el futuro.
Los monos, como los humanos, pueden ser temperamentalmente ansiosos y pasar sus genes relacionados con la ansiedad a la siguiente generación. Mediante el estudio de cerca de 600 monos rhesus jóvenes de una gran familia de varias generaciones, Andrew Fox, Kalin y sus colegas encontraron que alrededor del 35 por ciento de la variación en las tendencias de ansiedad se explica por la historia familiar.