Uno de los retos de estos laboratorios está en la incorporación de nuevas técnicas y de personal formado en las mismas
El Grupo de Biología Molecular en Hematología (GBMH), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha celebrado su Reunión Anual en Madrid, en la que se ha vuelto a poner de manifiesto “el significativo impacto de la investigación molecular en el campo de…
El Grupo de Biología Molecular en Hematología (
GBMH), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha celebrado su Reunión Anual en Madrid, en la que se ha vuelto a poner de manifiesto “el significativo impacto de la investigación molecular en el campo de la Hematología. De hecho
, las técnicas moleculares continúan desempeñando un papel central en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la sangre”, explica Mª Teresa Gómez Casares, presidenta del GBMH y hematóloga del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín.
De hecho, uno de los retos de los laboratorios de diagnóstico está en la incorporación de las nuevas tecnologías para conseguir resultados con sensibilidad, precisión y a la velocidad adecuada. No obstante, para ello, es necesario invertir también en personal preparado y formado en los últimos avances.
Novedades en la investigación molecular
Uno de los proyectos sobre investigación molecular más destacados del GBMH son unas
guías para el estudio de las neoplasias hematológicas germinales. Cabe tener en cuenta que, aunque la mayoría de los cánceres de la sangre se considera que están relacionados con cambios genéticos espontáneos en los precursores hematopoyéticos, “estudios recientes han demostrado que, en algunos pacientes, existe un componente hereditario, es decir, que existe una variante de la línea germinal que puede ser compartida por varios miembros de una familia”, según Gómez Casares.
El GBMH también está trabajando en la publicación de las “
Guías para la estandarización de paneles de secuenciación masiva (NGS)”. Tal y como explica su presidenta, “la secuenciación masiva se ha convertido en una herramienta cada vez más importante en el manejo clínico de las neoplasias hematológicas”. Esto permite allanar el camino para mejorar los diagnósticos, personalizar el tratamiento y monitorizar la respuesta al mismo. Sin embargo, no hay criterios estandarizados sobre qué genes deben estudiarse en cada patología, de ahí la necesidad de establecer unos criterios.