La atención, la memoria y las funciones ejecutivas son las funciones cognitivas que se encuentran alteradas en los pacientes con depresión. Es importante prestarles atención en el manejo de estos pacientes
22 de marzo 2023. 11:01 am
La depresión se asocia con una disminución de las funciones cognitivas en un abanico de áreas, entre las que se incluyen la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Los síntomas cognitivos asociados a la depresión suelen tener un efecto en la capacidad para poder…
La depresión se asocia con una disminución de las funciones cognitivas en un abanico de áreas, entre las que se incluyen la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Los síntomas cognitivos asociados a la depresión suelen tener un efecto en la capacidad para poder llevar a cabo las tareas de la vida diaria. Por lo tanto, afectan a la capacidad de funcionalidad del sujeto tanto a nivel interpersonal como ocupacional.
Los pacientes que padecen un trastorno depresivo mayor muestran una amplia gama de limitaciones cognitivas. Los resultados de los estudios de neuroimagen indican que los déficits cognitivos observados en la depresión se asocian con disfunciones neurobiológicas relacionadas con el cíngulo anterior y las regiones dorsolaterales del córtex prefrontal.
Emociones
Las emociones predominantes en las personas con depresión son la tristeza, desesperanza, irritabilidad, ira... mientras que las manifestaciones somáticas son el enlentecimiento y, a veces, la agitación psicomotora, los trastornos en la alimentación (sobre todo anorexia), la fatiga, las alteraciones inmunitarias, las del sueño (puede ser insomnio de inicio, de mantenimiento o ambos), las alteraciones circadianas (con más afectación diurna en la mañana).
Si la depresión es grave, puede tener asociados pensamientos delirantes, sobre todo de culpa o de ruina. Es raro que presenten alucinaciones.
Pensamientos suicidas
Además, pueden sufrir pensamientos suicidas, con diversos grados de planificación: desde una ideación pasiva, a pensamientos de hacerse algo sin planificación, hasta planes inminentes de suicidio, con gravedad progresivamente mayor.
También es frecuente la asociación con sintomatología ansiosa, aunque se deben descartar causas somáticas de la depresión: como tiroides, alteraciones metabólicas, cáncer, enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple, Parkinson), medicamentos o drogas.
Déficits cognitivos
Hay que tener en cuenta que la existencia de déficits cognitivos empeora el pronóstico de la depresión, ya que limita la capacidad funcional del individuo y aumenta su sensación de desesperanza e impotencia.
Las alteraciones del sueño relacionadas con la depresión también impiden el procesamiento adecuado de la información recogida durante el día. Cuando se cronifica, acaba empeorando las funciones cognitivas. Por tanto, es muy importante tratar los síntomas afectivos y el insomnio asociado a la depresión.
Dentro de los dominios cognitivos que se ven más afectados en los trastornos depresivos están la dificultad de concentración, la memoria y la capacidad de tomar decisiones, que lógicamente empeoran la situación general del paciente. De hecho, la planificación, la toma de decisiones, el establecimiento de metas, la organización, el inicio y finalización de tareas, la flexibilización cognitiva, la monitorización y anticipación se ven alteradas. En el paciente depresivo la planificación es más dificultosa, cuesta más tiempo y es menos ágil; su pensamiento está enlentecido, las ideas surgen en menor frecuencia y se ve mermada su capacidad de selección.
De esta forma, se confirma que depresión, funcionalidad y cognición están relacionados.
Evolución y pronóstico
Por eso, es importante tenerlos en cuenta para determinar la evolución y pronóstico del paciente. Muchos pacientes después de una evidente mejoría de su estado de ánimo preguntan preocupados por su memoria, pensando que pudieran estar iniciando una demencia. Es importante tranquilizarlos planteándoles que su situación tiene que ver con la evolución de su cuadro afectivo y que, probablemente, se obtendrá una mejoría en el futuro.
Las alteraciones cognitivas son estado-dependientes, pero cuando hay cuadros depresivos recidivantes o de larga duración, hay más posibilidades de la persistencia de algunas alteraciones cognitivas. Estas suelen ser irreversibles o tardan más en volver a la normalidad.
Entre las irreversibles se encuentran las de organización y planificación, el paciente va perdiendo la capacidad de tomar iniciativas y resolver metas. Es frecuente que empiecen a generar dependencia sobre algún familiar que les ayude y se acostumbran a funcionar así.
Alteraciones persistentes
Entre las persistentes que se van recuperando más lentamente están algunas ejecutivas, la atención y motivación. La tendencia a focalizar el pensamiento en hechos, expectativas y vivencias negativas se van resolviendo lentamente. Solo se acuerdan y valoran lo negativo, y de lo positivo, les cuesta más tenerlo en cuenta para el futuro.
La memoria a corto plazo también es estado dependiente. Con la mejoría de ánimo progresa de forma satisfactoria y puede llegar a su nivel premórbido.
No obstante, si hay ansiedad asociada al cuadro depresivo, tarda más en recuperarse. Con el lenguaje sucede una situación similar; es estado-dependiente, pero a veces disminuye con el tiempo, con menor intensidad y contenido en las relaciones interpersonales. La atención evoluciona de forma similar a la ansiedad; es estado-dependiente. Se va pasando del aislamiento y pérdida de atención en muchos estímulos a, poco a poco, ir seleccionando más estímulos que atraen la atención de una persona normal.
Detección precoz
Es clave un diagnóstico experto y precoz de un cuadro depresivo para evitar complicaciones cognitivas o de cualquier otro tipo.
Aunque algunos antidepresivos tienen efectos anticolinérgicos y podrían reducir la capacidad de concentración, se ha demostrado que el tratamiento antidepresivo precoz y a dosis correctas resulta beneficioso para prevenir futuros déficits cognitivos.
Además, el tratamiento antidepresivo favorece la rearborización de las espinas dendríticas de las neuronas y, por tanto, la recuperación anímica y cognitiva. Si la depresión no se trata de forma efectiva, especialmente en poblaciones predispuestas al deterioro cognitivo, las secuelas podrían ser irreversibles.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Psiquiatría Sergio González Garrido, del Hospital Macarena de Sevilla; Mónica Patricia Ariza Ariza, del Hospital de Igualada; Juan Elías Sánchez Armas, del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria; José Mª Bonete Llácer, del Hospital General Universitario de Elche; Jordi Vigil Ortiz, del Centro de Salud Mental Jaime Vera, Coslada, Madrid; Juan Carlos Fiorini Talavera, del Hospital San Telmo-CAUPA, Palencia; Sílvia Boronat Prades, del Centre de Salut Mental de Tarragona; Ramón Coronas Borri, del Hospital Universitari Parc Taulí, Sabadell, y Luis Javier Irastorza Egusquiza, del Centro de Salud Mental Arganda del Rey, Hospital Universitario del Sureste, Madrid.