Tras el año de la entrada en vigor del RD 16/2012, donde se requiere un aportación al retirar los fármacos de la farmacia según el nivel de renta del paciente, el principal cambio que se ha producido ha sido la un peor control de las patologías crónicas. Y en esta situación, el médico ha tenido que adoptar una nueva forma de prescripción, más adaptada a la situación económica del paciente que a su patología. En ocasiones, el paciente suspende el tratamiento por su cuenta sin comentárselo al profesional, que es consciente de esa situación cuando regresa a la consulta y se ha convertido en paciente mal controlado durante meses.
No obstante, la población ha interiorizado ese recargo porque uno de los factores fundamentales de contención del gasto sanitario está en el farmacéutico. Los medicamentos no solo suponen una gran parte del gasto, sino que existe con frecuencia una utilización inapropiada que produce otros efectos en el conjunto del sistema sanitario.
Consultas
Con respecto a la asistencia a las consultas no se aprecia una disminución, pero sí un cambio de actitud de algunos pacientes. Por ejemplo, se plantean más preguntas ¿es necesario que me tome esto? o ¿me puede recetar algo más barato?.
Otros cambios se centran en lo que se ha denominado tratamiento compartido. es decir, determinados medicamentos que el paciente no retira tras prescribírselo, pero utiliza el de algún familiar que sea similar. Se da sobre todo en analgésicos/antiinflamatorios, ansiolíticos' y es práctica muy común con el omeprazol.
Hay que tener en cuenta que cualquier causa que dificulte la asistencia de los pacientes crónicos tanto a las consultas de Enfermería como del médico va en detrimento del buen control del paciente. Por eso, es fundamental el cumplimiento del calendario de visitas.
Y es que la disminución en las visitas se ha notado en dos aspectos fundamentales: el primero y más importante en el control personal de su enfermedad y el segundo por la implantación de la receta electrónica que ha rebajado a menos de un 10 por ciento las consultas administrativas.
Adaptación
El incumplimiento terapéutico se ha constatado sobre todo en pacientes con rentas bajas, aunque los especialistas intentan, en la medida de lo posible, adaptarse a la economía y la patología del paciente, prescribiendo fármacos coste-efectivos y bien tolerados, pero hay casos en los que es difícil, como insulinas o inhaladores, donde esto resulta un poco más complicado, así como en antidiabéticos orales o antihipertensivos, donde cambiar la medicación en un paciente bien controlado puede suponer un paso atrás en su buena evolución. Al fallar la toma pautada se van acumulando cajas de medicamentos en el domicilio y provoca en la farmacia el clásico no me des eso que aún me queda. La falta de adherencia al tratamiento se da sobre todo en el caso de las medidas no farmacológicas: falta de apego a las indicaciones diatoterapéuticas y el error de interpretación del ejercicio físico.
En cuanto al tratamiento farmacológico, no depende de la patología, sino del perfil del paciente, de lo grave que percibe su enfermedad y de su deterioro. El olvido en la administración, la alteración en la dosis correcta, el cambio en los intervalos de dosificación, no retirar los medicamentos de la farmacia y la suspensión del tratamiento antes del tiempo recomendado son aspectos a tener en cuenta.
En este contexto, hay que recordar que en líneas generales los diabéticos son buenos cumplidores, pero entre un 15 y un 20 por ciento de los pacientes al menos que no toman su medicación o no la toman correctamente en la dosis pautada. En comparación, diabéticos son más cumplidores que los hipertensos. El porcentaje de los primeros que no se adhieren al tratamiento es aproximadamente del 5 por ciento.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria Lidón Pla Meseguer, Leoncio Navarro Maicas, Asunción Sorli Achell, María José Martorell Sanguesa y Miguel Pérez Gurillo, del Centro de Salud de Vinaroz. los médicos generales Salvador Baixauli Navarro, José Luis Llorens Guinart, Yolanda Sipan Sarrión y José María Baeza López, del Centro de Salud Moixent, y María José Trull García, Víctor Climent Ferri, Vicente Esteve Fuster y Luis Agut Vidal, del Centro de Salud de Alberique, y Rafael Pérez Martínez, Juan Vicente Ramón Obrer y Antonio Picón Arjona, del Centro de Salud Cecilia Martí, en Sagunto, y los médicos de Atención Primaria Asunción Claver Falco, Rafael Saneleuterio Brines, Nuria Martí Talens y Francisco Lluch Alberola.